A la vez, Nicolás Pavez reconoce que la familia
sí corrió con el arriendo de un departamento,
los traslados y el pago a los peritos…
No cobró honorarios por su defensa, pero el arriendo de un departamento para estar en La Serena preparando el juicio, que duró 17 días, lo pagó la familia, igual que el traslado y los peritos. ¿Valió la pena? «Tengo cifradas las esperanzas en que lo daremos vuelta en la Suprema y quiero creer que sí, que valió la pena», dijo desde Santiago.
Nunca tuvo dudas de que sería abogado y tampoco, que tomaría casos emblemáticos en Santiago y fuera de la capital.
Nicolás Pavez por un mes estuvo viviendo en La Serena mientras se desarrolla el juicio de Mirta Ardiles, y reconoce, ya en Santiago donde prepara la nulidad del juicio -desde que se dictó sentencia el sábado tiene diez días para hacerlo-, no saber cuál es la regla general, «pero muchos colegas toman casos ProBono, y en lo personal no quiero pintarme de súper bueno, pero me pasó que cuando se estaban condenando a Mirta, prácticamente en el acto y sin conocerla, tampoco los detalles, la defendí en público, en un programa de televisión, y eso derivó en que la familia me contactara…».
Fueron dos años y medio de investigación y 17 días de juicio, pero Nicolás Pavez no cobró honorarios como abogado, «porque la familia no tenía los medios para poder pagar una defensa como la que esto implica. Pero lo discutimos y dijimos, démosle», reconoce.
Un desafío
Era también un caso a todas luces que ameritaba tomarlo, pese a que desde el primer día parecía perdido.
«Siendo bien honesto, fue por un desafío profesional, ya que en ciertos momentos de nuestro desarrollo profesional hay causas que nos convocan y esta fue una. Y no es un por un afán de quedar como Robin Hood, sino más bien porque, insisto, son desafíos. Me estudié el caso, me doy cuenta y me convenzo que esta mujer es inocente, así que démosles, y es cierto, tiene un costo familiar, económico y de todo tipo, pues hasta el día de hoy hay gente que me cuestiona, que me dice cómo puedo defender a una mujer que mató a su hija. Pero te repito, el motivo tiene que ver con un sentido de justicia, un desafío personal».
Cuenta apenas un ejemplo, respecto de un crimen de lesa humanidad. Hace algunos años, con otros abogados, presentaron una querella contra el presidente de la Corte Suprema de Israel, «y entenderás que la perdimos (ríe), pero lo hicimos gratis y porque era un desafío, ¿se entiende?».
Mucho aprendizaje
El sábado se dictó sentencia y Mirta fue condenada a 33 años por parricidio e incendio.
A juicio de Pavez, este caso «tenía la complejidad y la gran mayoría de la gente cree que Mirta es culpable, y es como remar un poco contra la corriente, pero sigo convencido de que es inocente, y créeme que preparar una nulidad en los ocho días que nos quedan, es una tarea titánica, y posteriormente ir a alegarlo a la Suprema es todavía más difícil. Y qué decir si ganamos la nulidad, imagínate hacer todo el juicio nuevamente. Siendo honesto, si me hubieses preguntado hace dos años si tenía una posibilidad de estar un mes viviendo en La Serena, te diría que imposible».
Para enfrentar el juicio arrendó un departamento, «pero todo fue costeado por la familia, que también pagó los peritajes e hizo un esfuerzo tremendo. Más allá del monto, y para que se entienda la diferencia, llevamos a la doctora en psicología Greter Macurán, porque es la que escribe los manuales, además de peritos de nivel nacional como el DICTUS o el mismos doctor Hernán Lechuga».
Si acaso valió la pena, es una
pregunta que se hace y responde
«Lo que pasa es que perdimos, pero tengo cifradas las esperanzas en que lo daremos vuelta en la Suprema y quiero creer que sí, que valió la pena. ¿Si lo tomo como una enseñanza? Claro. Estoy convencido que Mirta es inocente, así que estoy muy satisfecho en cuanto al trabajo que hicimos; y en el tema personal, mucho aprendizaje».
Destaca que en Chile menos del 3% de las causas van a juicio oral, «entonces no todos los días, como abogado, tienes la oportunidad de estar en un juicio de 17 días, y te dijo otra cosa, espero que ganemos la nulidad, que tengamos otro juicio y créeme que las lecciones aprendidas de qué hicimos bien o mal son súper grandes».
