Estudiantes, familia y apoderados protestaron ayer para expresar su descontento por cómo el Colegio Gerónimo Rendic ha tratado el fallecimiento de la alumna que cursaba octavo año básico.
Son justamente los estudiantes quienes han liderado las protestas en contra del Colegio Gerónimo Rendic de La Serena, apoyados por otros apoderados y la familia de Antonia, menor que se quitó la vida la semana pasada debido al bullying que sufría.
La víctima, quien cursaba octavo año básico, murió el pasado viernes, dejando en evidencia un complejo escenario que debió enfrentar en el último tiempo debido a las burlas de algunos de sus compañeros.
Esta tragedia ha develado la complicada situación al interior del establecimiento, pues muchos acusan que los protocolos y las acciones a tomar cuando se informa de casos de bullying, son insuficientes e ineficientes, ya que varios padres aseguran que, pese a denunciar estas situaciones de acoso con el establecimiento, las investigaciones y acciones han sido nulas.
Es por esta razón que los estudiantes convocaron a una nueva protesta el día de ayer, acompañados por padres, apoderados y la familia de Antonia, para exigir que el colegio no se quede de brazos cruzados.
Seguir protestando
Valentina no es del colegio, pero es amiga y decidió apoyar la protesta.
«Estaba viendo Instagram y me aparecieron publicaciones de la marcha, así que nos pusimos de acuerdo con una amiga que también vino y acá estamos. Los alumnos tienen que seguir protestando por justicia por Antonia, pues nadie ha hecho nada por eso».
La unidad de los estudiantes contagió a los apoderados, quienes asistieron a la protesta. El tío de Antonia, Néstor Lobos, era uno de ellos.
«Estoy con los estudiantes, porque son ellos los que hoy están acá y quieren que los apoye porque les puede estar pasando lo mismo. A la Antonia ya no pueden devolvérnosla, por eso queremos entregarles nuestro apoyo».
Asegura que la menor siempre se mostraba alegre con su familia, «siempre lo pasábamos bien, pues habíamos ido de paseo el fin de semana con ella y nunca demostró qué era lo que le pasaba».
La relación con su sobrina era muy cercana, como si fuera su propia hija: «Era muy regalona de chica, la vi nacer y estamos todos quebrados. Mi mamá tiene 94 años y todavía no sabe qué le pasó a Antonia. Le contamos que había fallecido, pero no lo que había hecho, porque a lo mejor hubiese sido muy fuerte para ella. Era regalona de ella e imagínese, son muy pocas las abuelitas que pueden conocer un nieto así, con tanta edad».
Respecto a las manifestaciones, reitera que apoya la insistencia del alumnado, y aseguró que «tienen que seguir protestando por justicia para Antonia, por el bullying que le hicieron en este colegio».
Manifiesta que de parte del establecimiento la ayuda y el acompañamiento ha sido prácticamente inexistente.
«Con el colegio no ha pasado nada, ni una excusa por lo que pasó ha dado, nada. Solamente se presentó el director donde la estábamos velando, pero no se ha visto más. El colegio no ha llamado, no ha ido a ver cómo están ellos en la casa, nada. Para ellos es un niño menos nomás en el colegio. Pero sigue pasando lo mismo, entonces ¿quién hace justicia? Nadie».
