Abogada querellante pide prisión preventiva para sacerdote Barnabita acusado de abuso sexual de menores

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Hechos se hicieron públicos en 2019, aunque una de las víctimas lo develó en marzo de este año. Si bien el cura fue formalizado en enero pasado por casos que datan entre 2016 y 2018, perpetrados en el Colegio Seminario Conciliar, recién este viernes 21 de abril y despúes de tres años de investigación, se discutirá la medida cautelar ante el Juzgado de Garantía de La Serena.

Hasta el momento hay dos víctimas individualizadas e identificadas. Una de ellas tenía 11 años cuando «fue expuesto a acciones de connotación sexual por parte del sacerdote del Seminario Conciliar, Daniel Dinamarca Chamorro, por un periodo aproximado de tres años y en carácter de reiterado», reconoce la abogada querellante Sandra Rivera.
Si bien el caso salió a la luz en 2019, la profesional explica que se hicieron presentes recién este año, cuando la víctima, hoy de 19 años, develó la situación.

«El delito sexual no es algo que se cuente inmediatamente, sino que debe pasar por todo un proceso en que se tiene que descontruir todas las fases en que consiste el abuso sexual infantil, tales como la seducción que ejerce el agresor, donde manipula la dependencia y confianza con la víctima y prepara el lugar y momento del abuso; la imposición del silencio, donde el abusador, generalmete por medio de amenazas, impone un silencio en el menor, a quien no le queda más remedio que adaptarse, por tanto solo con el paso del tiempo y crecimiento biológico puedes llegar a comprender que fuiste víctima de algo y recién ahí poder develarlo y abodarlo para la reparación».

El sacerdote se encuentra formalizado por el presunto delito de abuso sexual contra menores de edad con fecha 23 de enero, y tras 90 días de investigación, tiempo en que el Ministerio Público ha llevado a cabo la investigación, este 20 de abril vence el plazo.

«Presenté la medida cautelar de la prisión preventiva, porque a juicio de nosotros, la libertad del imputado constituye un peligro para la sociedad y sobre todo para los niños, niñas y adolescentes que la componen», cuenta la profesional, quien detenta vasta experiencia en este tipo de delitos, al haber sido directora del programa de representación jurídica de SENAME, además de poseer grado de magister en criminología y justicia penal.

Constituye
un peligro

Son dos las medidas cautelares que tiene hoy el sacerdote: el arraigo y la prohibición de acercarse a la víctima, «sin duda medidas de baja intensidad, aunque se tiene que hacer presente que estas fueron dictadas por el tribunal el 20 de enero de 2023, cuando todavía no se presentaba la querella por parte de la segunda víctima, toda vez que recién nos hicimos parte del proceso con querella del 16 de marzo».

Los querellantes, representantes de la víctima, la Fiscal y el imputado con su defensa, fueron citados para este viernes 21, donde se desarrollará la audiencia de discusión de la prisión preventiva para el sacerdote, y a lo que apunta la abogada es que «no esté en libertad, sino que en prisión preventiva, que así se mantenga hasta la condena y que sea efectiva, pues consideramos que el perfil de agresor sexual es una figura que en primer lugar no tiene tratamiento psicológico, además de ser compulsivo y depredador, entonces nadie nos asegura ni nos entrega garantías que en estos momentos está persona no esté ejerciendo estas prácticas con otros niños y adolescentes».

El clérigo era profesor del Seminario y encargado de pastoral cuando las víctimas participaban activamente de catequesis, primera comunión y la Infancia Misionera.

Una funa

En cuanto a si existen más casos, Rivera precisa que cuando inició la investigación supo que se hizo una denuncia en 2015, pero que finalmente no perduró. Sin embargo, aclara que este caso no lo hizo público su representando, sino que la otra víctima, a través de una funa en redes sociales en diciembre de 2019.

Como esta situación ocurrió cuando era menor de edad, todavía este joven se encuentra con dispositivo de tratamiento psicológico por parte del CAVD.

Reitera que este viernes abogarán para que se imponga al imputado la medida cautelar más gravosa, que es la prisión preventiva, «y también seguir hasta la última instancia, esto es juicio oral con una pena ejemplificadora. Me contacté con el colega representante de la otra víctima y estamos en la misma senda, no así la fiscal, que nos indicó que la defensa estaba proponiendo un procedimiento abreviado (el imputado reconoce la pena y opta a una pena disminuida), pero nosotros no estamos de acuerdo con eso, ya que el bien jurídico de indemnidad sexual de los menores de edad jamás debe ser es transable o negociable».

No deja de sorprender

Fue hace poco que el Papa Francisco advirtió que ante las situaciones de abusos sexuales «especialmente los cometidos por miembros de la Iglesia, no basta pedir perdón», y aseguró que «la Iglesia no puede tratar de esconder la tragedia de los abusos».

Al respecto, la jurista lamenta que estos actos «sigan sucediendo y no deja de sorprender. Podría haber considerado que, a la luz de toda la develación y las películas, testimonios y libros que se han publicado en razón de esto, uno pudiese creer que es parte del pasado, pero estos hechos que nos convocan son relativamente recientes, desde 2016 al 2019, y pararon de ocurrir porque una de las víctimas tuvo el valor de decir lo que estaba pasando».

Advierte que existe otro componente que hace que «uno se desilusione», porque al haberse transparentado los abusos sexuales de la iglesia, amén de existir un compromiso del Papa de enfrentar e investigar estos delitos, «podría tener una actitud menos proteccionista respecto de aquellos que son investigados por estos ilícitos. ¿Qué me parece? Pensé que se había avanzado, pero a la luz de los hechos y de cómo ha actuado la iglesia, sigue perpetrando el mismo patrón de protección».

Por último, dice estar «expectante» de lo que pueda ocurrir este viernes y el criterio que pueda tener el tribunal de garantía, pero el objetivo «es que se pueda hacer justicia, que las víctimas puedan ser escuchadas y se pueda entender que este tipo de delito de carácter sexual tiene una fenomenología particular y que, por lo tanto, el peligro que significa para la sociedad es mucho mayor, sobre todo para los niños, niñas y adolescentes, que puedan tener contacto con este sacerdote en libertad».

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