El profesional concurrió a ver a su representado el viernes al penal de Ovalle, y, presuntamente, le llevó un verdadero arsenal de estupefacientes al interno, quien fue revisado antes de la visita sin tener nada extraño, pero al terminar, estaba cargado de elementos prohibidos. El penalista, que está siendo investigado, no quiso declarar ante la PDI por su eventual participación en el delito de microtráfico.
Día de visitas en la cárcel de Ovalle. Todo normal, y como cada viernes, las familias y los representantes legales de los internos arribaban al penal, por supuesto todos siendo revisados en sus pertenencias y lo que le llevaban a los reclusos, quienes también son sometidos a una exhaustiva búsqueda de algún elemento prohibido antes de tomar contacto con quienes llegan a verlos, y luego cuando se retiran.
La excepción
Pero existe una excepción. Se trata de los abogados, quienes, según explica el director regional de Gendarmería, coronel Rafael Cadenas, por ley se permite sólo el registro de las especies que portan, pero no su revisión corporal. Fue gracias a este subterfugio legal que, de acuerdo a lo que se investiga, un letrado habría ingresado droga al recinto, tal como informan desde Gendarmería. «Un funcionario se percató, durante el horario de visitas, que uno de los internos, luego de la atención de su abogado particular, portaba entre sus ropa un envoltorio con más de 93 bolsas dosificadas de diferentes características, además de una cantidad de importante de comprimidos y de fibra vegetal de color verde, todos elementos prohibidos por la administración carcelaria y que son constitutivos de delito», expresó el coronel.
«Un arsenal»
No había muchas alternativas. Si el reo fue registrado antes de la su visita y no tenía nada, y luego, al salir, llevaba prácticamente un arsenal de drogas, sólo cabía la posibilidad de que fuese su propio abogado quien se la entregara. «Los funcionarios, en procedimiento conforme al reglamento, hacen registro de los internos antes y posteriormente a la visita de los abogados. Uno de ellos fue atendido por su abogado particular y al ser revisado posterior por el funcionario de servicio, se encontró una gran cantidad de elementos prohibidos», indicó el director regional de Gendarmería.
Protocolos
De inmediato se activaron los protocolos y el hecho fue denunciado al Ministerio Público, donde dispusieron la concurrencia de la BICRIM de la PDI de Ovalle.
Posteriormente, y una vez en conocimiento de los antecedentes por Bitácora Web, la Fiscalía ordenó una serie de diligencias, entre ellas ubicar y tomar declaración a quien lo visitó, en este caso el profesional abogado.
Además, la Fiscalía solicitó revisión de cámaras, reunir imágenes, fijación fotográfica de las especies y pesaje de la droga, de las vestimentas del interno y sitio del suceso, empadronar testigos y funcionarios de Gendarmería, así como la toma de declaraciones.
Sobre el interno a quien se le encontró la droga, se le tomó también declaración en la investigación y actualmente está al interior del centro de detención.
Las indagatorias se encuentran vigentes a la espera de los resultados de las diligencias
Según información recabada por Diario La Región, pese a que se quiso conocer su versión, el profesional imputado, de iniciales M.A.R.P, se acogió a su derecho a guardar silencio.
El penalista se especializa en la defensa y en esa misma línea realizó su práctica profesional.
Según relata el dirigente de los funcionarios de Gendarmería de la Provincia de Limarí, Benedicto Cortés, lo que le pareció extraño fue que el abogado no pasara por control de detención.
«Sólo fue apercibido por el artículo 26, lo que le obliga a ir a declarar con posterioridad, pero nada más. Si bien a él nunca se le encontró droga, en ningún momento pasó por control de detención, pero no tengo información respecto a porqué no se hizo», indicó Cortés, quien agregó que el profesional era cara conocida en el penal, ya que iba continuamente a visitar a su representado.
Actualmente estaría bajo apercibimiento por su posible participación en el delito de microtráfico de drogas con la agravante de cometerlo en recinto carcelario.