Este martes, la senadora por la región, Adriana Muñoz, dejará la presidencia de la Cámara Alta, y sus más probables sucesores son Yasna Provoste como presidenta, y otro de la zona, Jorge Pizarro, como vicepresidente. En entrevista con Diario LA REGIÓN, Muñoz realiza su balance de este año y además confirma que irá a la reelección en noviembre.
Fue el 17 de marzo del 2020, cuando estaba empezando la crisis sanitaria por el Coronavirus, cuando la senadora de la región Adriana Muñoz asumió la presidencia de la Cámara Alta, transformándose así en la segunda autoridad más importante del país, solo por detrás del Presidente de la República.
Comenta que lo más importante ha sido poder haber realizado todo el trabajo legislativo con la responsabilidad que implica estar en medio de una situación tan compleja, en medio de una pandemia, que ha derivado en una crisis sanitaria, económica y social.
«Además lograr que el Senado funcionará con las modalidades posibles, reorganizando nuestros horarios y la forma de trabajar, y sobre todo con esta reforma constitucional muy temprana que hicimos para que pudiéramos sesionar tanto en comisiones como en sala de forma telemática, que nos permitió tener una producción legislativa que no tiene comparación en la historia del Congreso», sostiene.
Fueron 249 leyes despachadas, 174 sesiones de sala con más de 600 horas y 1.500 comisiones, «ha sido la más contundente producción en términos de números y estadísticas, y eso para mí ha sido un tema muy importante que logramos entre todos que el Congreso funcionaria y respondiera con responsabilidad al momento que estamos viviendo», señala.
Presentará su renuncia este martes, y el miércoles se elige a la nueva mesa, en donde la nueva presidenta sería Yasna Provoste y como vicepresidente asumiría Jorge Pizarro, senador por la región, quien tiene suspendida su militancia en la DC.
En cuanto a las responsabilidades de la nueva mesa, Muñoz comenta que «lo importante es seguir con este funcionamiento del Senado en el marco de la pandemia, por como vemos las cifras dolorosas de personas que están fallecidas y los que están contagiándose, y la pandemia todavía está instalada este año, por lo que el desafío de la nueva mesa será el mismo que tuvimos, de seguir haciendo funcionar el Senado con los ritmos de sesiones de sala y comisiones, para que no se detenga la producción, porque tenemos muchas responsabilidades».
«Espero que ojalá la tensión con el gobierno disminuya con toda esta situación que se ha creado, con el uso y abuso de las urgencias, también las presentaciones al Tribunal Constitucional, los vetos… ha sido un año de tensión que espero que se descomprima y pueda haber un mayor diálogo y coordinación con el Ejecutivo», añade.
A fin de año irá a la reelección como senadora, en lo que sería su último periodo para ejercer, «pese a lo intenso del trabajo de la presidencia, he podido mantener mi trabajo parlamentario con el territorio y vía remota que hemos podido instalar con las distintas comunidades, así que voy a ir por una candidatura a fin de año», dice.
Respecto al manejo de la pandemia, señala que «se ha hecho con bastantes dificultades a nivel nacional y también en nuestra región, en donde tenemos actividades productivas que no han cesado, como las mineras, y no se toman los resguardos suficientes».
«En nuestra zona tenemos grandes mineras, por ejemplo, Salamanca que es una comuna pequeña y que esté en cuarentena, es porque hay actividades bastante fuertes… entonces el diseño de las respuesta del gobierno a la crisis está estructurado en torno a resguardar más la economía que la vida y salud de la personas, en mi opinión», sostiene.
En relación al permiso de vacaciones, comenta que «creo que estuvo muy bien, que después de tanto encierro e incertidumbre salieran a las playas, lo que permitió reactivar la gastronomía y el turismo, sobre todo en nuestra región, pero esto ha significado que Coquimbo, La Serena y Vicuña estén en cuarentena absoluta, ya que son los lugares en donde más se ha notado la llegada de veraneantes, y el gobierno nos muestra imágenes terribles con 193 camas UCI libres, cerca de 6 mil contagios diarios y más de 100 personas muertas diarias…».
«Esto es producto de la flexibilidad que hubo en el verano, por cierto que los sectores económicos de nuestra región, como el comercio, gastronomía en sectores como Tongoy o Guanaqueros, Coquimbo, La Serena, necesitaban vender sus productos, pero en ese sentido el gobierno debería haber entregado a las familias una renta mensual de emergencia y no tener que estar exponiendo a miles de personas a que se contagien porque tienen que trabajar», señala.