Un posible homicidio, quedó al descubierto a las 7:30 horas de ayer, cuando un poblador vio que su vecino Hernán Patricio Mackay Soto, de 55 años, estaba muerto dentro de los restos de su vivienda destruida por un incendio, ubicada en la ribera del río Limarí de Ovalle, tesis que cobró fuerza ya que Carabineros detectó inicialmente que el cuerpo del occiso tenía heridas atribuibles aparentemente a la intervención de terceros.
La persona que efectuó el hallazgo, I.Z., quien reside en las cercanías, solo logró percatarse de la destrucción, producto del fuego, de la precaria pieza de madera en que vivía Mackay, en la mañana, por lo que el siniestro pudo ocurrir de madrugada sin que nadie pudiera ayudar a la víctima.
Es así que el testigo al acercarse a los escombros humeantes vio que su vecino estaba tendido entre los restos. Al alcanzar a divisar parte de su cabeza, inmediatamente avisó a la Tercera Comisaría de la situación y a Bomberos que sofocaron posibles focos de rebrote de llamas.
Efectivos de unidades especializadas de la policía uniformada, en primera instancia, por instrucciones del fiscal de turno, revisaron el cuerpo del occiso, constatando de manera preliminar que mantenía enterrado en un hombro un clavo de cuatro pulgadas de largo.
Además el nivel de quemaduras de la víctima era demasiado alto, por lo que pudo haber sido rociado con algún producto inflamable para acelerar el fuego, aumentando por ende el calor que por sí solo debió ser menor, ya que la pieza era de madera y no podía llegar a un mayor nivel de combustión para provocar las lesiones descritas.
Por estas primeras evidencias, a la espera de la confirmación mediante autopsia de la causa de muerte de Mackay, los investigadores presumen alguna probable participación de terceros en este caso iniciando la búsqueda de posibles testigos e involucrados.