Presidente regional del gremio, Rubén Quezada, sostuvo que todo lo que ha ido pasando les hace pensar que desde el punto de vista sanitario, y antes el aumento exponencial de casos positivos, «no se tomaron las medidas de manera oportuna porque había otros intereses económicos que evitaron tomar esta medida…».
Fue el domingo cuando la Conferencia Episcopal acusó «discriminación» religiosa por las medidas restrictivas de fase 2, las que prohibían la asistencia de sus fieles a ceremonias.
Sin embargo, al día siguiente el Gobierno dio un paso sorpresivo hacía atrás ante el reclamo de la Iglesia, y permitió las misas en Fase 2. Con ello, el enojo del Colegio Médico. En la región también.
«Como Colegio Médico hemos acusado, tanto a nivel regional como nacional, que el plan Paso a Paso ha perdido su rol sanitario y que se han incorporado otras variables que tienen que ver con el orden económico, e incluso con el orden de presión de distintos grupos de interés», manifestó el presidente regional Rubén Quezada.
Esto, porque a su juicio se ha visto que se «han flexibilizado los casinos, los aforos para ciertos ritos religiosos, que si bien sabemos son importantes deben también respetar las medidas sanitarias. Porque más allá de lo que se pueda plantear desde el punto de vista de la necesidad, esto también envía un mensaje a la población».
Asegura el médico que «vemos que las cifras empeoran, las camas criticas están más ocupadas, y pese a eso se siguen enviando mensajes de que se puede flexibilizar el plan Paso a Paso, lo que nos parece muy preocupante. A nivel regional nos hace pensar lo que mucha gente opina, que pese a cumplir todos los indicadores desde el punto de vista sanitario, lamentablemente no se tomaron las medidas de manera oportuna para poder confinar, por lo menos en la conurbación, que estaba teniendo muy malos resultados, puesto que había otros intereses económicos que evitaron tomar esta medida».
LAS DECISIONES LAS
TOMA LA AUTORIDAD
Por otra parte, advierte que «las decisiones las toma la autoridad, pero hemos visto que estas determinaciones están considerando desde hace un tiempo factores que exceden lo sanitario y que muchas veces no han sido transparentados. Por lo tanto es necesario hacer un llamado a que el plan Paso a Paso retome esta característica sanitaria, y no sólo lo ha pedido el Colegio Médico, sino también todas las sociedades científicas, académicos y expertos. Finalmente esto genera un doble daño, ya que por una parte flexibiliza medidas en un momento complejo y por otra envía una pésima comunicación de riesgo a la población, que necesita en este minuto comprender que esto no es un juego».
-¿El grupo que grita más fuerte hace que se cambien los protocolos?
«Creemos que lamentablemente ese mensaje es el que se está enviando a la población, puesto que vimos que hubo manifestaciones de personas que querían que se reabrieran los gimnasios en fase 2 en Santiago, y vemos que también hay manifestaciones de personas que buscan influir en el Paso a Paso, siendo que nosotros consideramos que esto debe ser algo estrictamente sanitario. Además vemos que la población comienza a desconfiar de las medidas que se van tomando, pues sabemos que son medidas duras y que la única manera de explicarlas tiene que ver con lo sanitario. Con esto mucha gente acatará menos las medidas de la autoridad y eso es muy preocupante».
-¿Que lo haga la iglesia, que incluso acusó «discriminación», es lo que más les complica?
«Por supuesto. Y esperamos que todas las personas, desde el Presidente de La República hasta el último ciudadano de este país, acaten las normas desde el punto de vista sanitario. Pero por otra parte debemos exigirle al Gobierno que estas medidas tengan un sustento sanitario, porque cuando flexibilizan en torno a presión de distintos grupos, se envía una pésima señal a la ciudadanía».