Señalan que se está haciendo todo «en el ocultismo», y que es necesario aclarar desde dónde provienen los fondos para reinaugurar el gigantesco instrumento musical. Además, dicen, se debe explicar cuál es la participación de Ramón Bravo en la iniciativa, ya que el cura, de la Fundación Cruz del Tercer Milenio, ya habría tenido problemas con temas de dineros cuando se erigió el monumento coquimbano, y por otra parte, se encuentra sancionado por el arzobispo emérito Manuel Donoso para oficiar ceremonias religiosas en la región.
El anuncio de la reinauguración del gigantesco órgano de la Catedral de La Serena, fue una noticia bien recibida tanto por laicos como feligreses. Según antecedentes recabados por Diario La Región el instrumento musical construido por el francés Louis Debierre, en 1908 y donado a la Iglesia por la filántropa chilena Juana Ross De Edwards, volverá a sonar durante el mes de abril, y le dará al principal templo religioso de la zona aquellos toques medievales y mágicos que por muchos años deleitaron a la comunidad que asistía a las ceremonias eclesiásticas.
Trabajo silencioso
El instrumento se ubicó por años detrás del altar principal de la Catedral, junto a una figura de Cristo, sin embargo, en el mes de enero, sin que muchos ni siquiera se percataran de los trabajos que se estaban realizando, el órgano cambió de ubicación, quedando en la parte superior del pórtico donde se posiciona también el coro. Esto se habría materializado silenciosamente en un proyecto conjunto entre el Arzobispado de La Serena y el padre Ramón Bravo, presidente de la Fundación Cruz del Tercer Milenio.
Bravo, vino a la región en compañía de un grupo de expertos italianos a reparar el órgano y hermosear para que fuese trasladado al lugar que ocupa ahora y así, reinaugurarlo con un concierto cuyo instrumentista, se prevé, sea uno de los mismos italianos que viajó a Chile, ya que en el país, tras el fallecimiento del músico Luis González en el 2020 quedarían muy pocas personas que sabrían sacarle melodías a este monumental instrumento de vientos y cuerdas.
Cuestionamientos
Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, desde la Agrupación de Laicos Juan 23, su presidente y fundador, Juan Rojas Palma, tiene reparos con lo que se está realizando, lo que no le parece negativo en sí mismo, sino que se sorprende por el nivel de ocultismo con el que se ha efectuado todo, y además, no le calza el que la figura de un controvertido Ramón Bravo, esté liderando este proyecto, ya que el sacerdote, ha sido cuestionado en diferentes oportunidades. De hecho, en su momento, el arzobispo emérito, Manuel Donoso, le prohibió realizar cualquier ceremonia eclesiástica dentro de la región. En ese momento, no se aclararon bien los motivos de la decisión tomada por Donoso, lo que dio para un sinfín de especulaciones.
Por otra parte, siempre hubo una lucha de poderes entre monseñor Donoso y el cura Bravo, debido a la construcción de la Cruz del Tercer Milenio, monumento que si bien hace alusión a un símbolo católico, es un recinto laico, administrado por la Fundación creada por Bravo, la cual logró un financiamiento millonario para su construcción, y que hoy contribuye de manera importante a las arcas del municipio porteño.
«No es el hombre»
A Juan Rojas, de la agrupación Juan 23, le parece sumamente sospechosa la participación de Bravo en este nuevo proyecto. «Creo que levanta sospechas de todo tipo, el que este señor, habiendo sido sancionado por monseñor Donoso para no poder hacer ni misas, ni bautizos, ni ninguna actividad que invoque el sentido sacro., esté gestionando, seguramente a través de la misma fundación (Cruz del Tercer Milenio) el tema del órgano. Por una parte debido a lo que implica esa sanción, donde se subentiende que Bravo debería estar más alejado de la iglesia de lo que está, pero también por el tema de los dineros,. Recordemos que ahí hubo serios problemas con los dineros de algunas campanas y las figuras que conformaban la cruz. Al final nunca se transparentó del todo cómo se financió esa obra, y ahora vemos que aquí podría pasar lo mismo, tomando los antecedentes de Ramón Bravo», expresa Rojas, por lo que, si bien le parece positivo que el órgano vuelva a sonar, cree que Bravo no es el hombre para que esté dirigiendo esto.
Incluso, Rojas va más allá y señala que «Bravo no es un sacerdote. Yo no sé qué pretende al trabajar con el Arzobispo Rebolledo, tal vez quiera alguna indulgencia y que se le levante el castigo que le puso Donoso, todas esas cosas pueden ser», puntualiza.
Rebolledo y una «mala elección»
Rojas insiste en que para que no ocurra lo que sucedió con la Cruz del Tercer Milenio y las nebulosas que quedaron respecto a su financiamiento, monseñor René Rebolledo debería ser más claro con la comunidad y transparentar todo. «No hacer las cosas a escondidas como las hizo ahora, pero creo que monseñor también está haciendo su jugada. Lo que quiere él, pensamos nosotros, es atraer a los feligreses que ha perdido la iglesia por los escándalos de abusos sexuales y pedofilia, con esta atracción que pretende ser el órgano», señala el sociólogo, agregando que le hubiese gustado también que Rebolledo le hubiera dado la misma oportunidad de entrar a la Iglesia y reunirse con él, a las personas que fueron abusadas por sacxerdotes y querían realziar las denuncias. «Hay muchos puntos que aquí no están claros. No nos vamos a quedar sólo con lo bonito, como agrupación vamos a exigir que se transparente el financiamiento de este órgano y también la situación actual, y la participación de Ramón Bravo en todo esto», finalizó Rojas.