Marcelo Pereira habla del por qué decidió sacar el nombre de monseñor Bernardino Piñera y también de la hermana Gregoria Cicarelli -que finalmente no prosperó- de la plazoleta al interior de la Cruz del Tercer Milenio. Tajante dijo que esta decisión no tiene doble lecturas y que «es una demostración de una autoridad para que abramos el debate y conversemos cosas que muchas veces parecen tabú…»
Estaba feliz. Contento. Con su gente. Por eso, el alcalde Marcelo Pereira saludaba a los vecinos de Coquimbo, a los niños, quienes muy temprano llegaron e iban tomando la mejor ubicación en la Plaza Vicuña Mackenna para presenciar el desfile del 21 de Mayo.
Tan contento estaba que no quiso polemizar respecto al cambio de nombre de la plaza ubicada en la Cruz del Tercer Milenio, que hasta hace poco llevaba el de monseñor Bernardino Piñera y que, en concejo comunal del miércoles pasado, por 6 votos contra 3, se aprobó llamar Gregoria Cicarelli, religiosa fundadora del Hogar Redes.
Sin embargo, y a petición de Edison Gallardo, querellante de la Congregación, además de la Agrupación Juan XXIII, en apoyo de las víctimas de Francisco José Cox, se instó por poner otro nombre, el que se decidiría mañana en concejo extraordinario.
«Más bien quiero bajarle el perfil a este tema, pero en el buen sentido de la palabra. Como alcalde hay ciertos elementos de Cox que yo mandé a retirar y estoy apoyando a la Agrupación Juan XXIII y a su lucha, que me identifica, ya que hay muchos jóvenes que fueron víctimas del sacerdocio, y como alcalde queremos ser la primera comuna a nivel regional, no sé si del país, que va a tener un Departamento de la Infancia. Así que estamos muy motivados apoyando y más bien lo ocurrido en el concejo fue un signo de apoyo, porque nosotros como municipio, y como concejo, tenemos la disposición para poder cambiar el nombre de diferentes plazas. Más bien es un mensaje de apoyo hacia la lucha que está desarrollando esta agrupación, y las víctimas por supuesto, así que no lo tomaría de otra manera».
Reconoce el alcalde que en la semana recibió el llamado de Gallardo, ex residente del Hogar Redes en Coquimbo, quien le explicó los motivos del por qué no debería llevar el nombre de la religiosa.
«Sí, conversé con Edison Gallardo y le pedí las excusas correspondientes, debido a que nunca fue mi afán hacerle ningún tipo de daño, por lo que en realidad estoy a disposición, y bueno, fue aprobado el cambio y no tiene otra lectura. Muy por el contrario, le tengo un gran aprecio a la familia Piñera y se lo he hecho saber el Presidente, así que esto es una demostración de una autoridad para que abramos el debate y conversemos cosas que muchas veces parecen tabú, pero que en realidad no son tabú…».
En ese sentido, confiesa que desconocía absolutamente lo de la hermana Gregoria Cicarelli y que por eso, en un comienzo, se optó por su nombre.
«Somos el Faro más alto de Latinoamérica, entonces démosle otro espacio, a pesar de que es un signo de la cristiandad sin ninguna duda. ¿Sabe? El nombre que había quedado primero era Nueva Esperanza, lo que demuestra que estamos trabajando en conjunto y queremos organizar todo de manera impecable y que la gente no dude de que acá existe una administración que es transparente y una de las pocas que ha firmado cuatro convenios con Contraloría, en donde todas las licitaciones que hacemos las revisa primero el contralor. Por lo tanto, siempre queremos transparentar todo y que sea en buena ley, así que lo que hicimos ese día en el concejo fue una iniciativa para demostrar el apoyo hacia la Agrupación Juan XXIII y a las víctimas, y eso lo vamos a seguir haciendo, y no tengo miedo en decirlo y tampoco tengo un doble discurso: yo estoy apoyando a esta agrupación y van a tener mi apoyo irrestricto, porque creo que su lucha es importante y merece ser escuchada por la autoridad».
Aunque ha tenido detractores, el jefe comunal es claro y sostiene que «esto es dar un signo de autoridad y decir que estamos en la lucha de cuidar a nuestros infantes, que estamos en la lucha de los derechos del niño. Además, es significativo para ellos, para la agrupación y las víctimas. E insisto, es una forma de demostrar mi compromiso y que no tiene segundas lecturas. Cuando conversé con ellos les dije que conocía muy bien a monseñor Bernardino Piñera, que le tengo un gran aprecio, y que todo esto no solamente tiene relación con cambiar el nombre, sino que es algo mayor, puesto que como sociedad hay que comenzar a hablar de un tema que es significativo. Por ejemplo, qué pasa con los jóvenes y niños que en estos momentos tienen un trauma y no han podido avanzar en sus vidas por abusos sufridos por sacerdotes…y sabemos que hay varios casos a nivel nacional…».
Quien manifestó su rechazo fue el secretario ejecutivo de la Fundación Cruz
del Tercer Milenio y ex concejal de La Serena, Jorge Hurtado, quien además es ahijado de confirmación de Bernardino Piñera.
«Jorge Hurtado no estuvo en el concejo, y si hubiese estado habría entendido el tema. Además, creo que se equivoca también el concejal Mario Burlé, porque en ese contexto también estaba el jefe jurídico que entregó una apreciación totalmente distinta. Acá nosotros no estamos enjuiciando a nadie, no es mi intención condenar a nadie, sino que estamos demostrando que existe un apoyo por parte de este municipio, que vamos a hablar del tema y que nos vamos a preocupar. En el concejo hay opinión no solamente del jefe jurídico, que dice que no estamos poniendo en tela de juicio si existen encubridores o no, sino que lo que estamos haciendo es demostrar como municipio que nos vamos a preocupar del asunto. Por consiguiente, espero que como sociedad nos hagamos parte de algo que muchas veces pasa superficial y me sumo a las palabras de Edison Gallardo, quien tuvo que esperar años para contar su historia, así que en ese sentido es una lucha que estoy apoyando y me sumo porque me parece fidedigna».
