Atendidos por el alcalde subrogante, les ofreció buscar una solución, pero que sí o sí tienen que salir del centro de Coquimbo.
En una demostración de poder, unos 40 comerciantes ambulantes sin permiso armaron barricadas y gritaron al unísono «¡queremos trabajar, queremos trabajar!», en calle Aldunate de Coquimbo.
Carabineros e inspectores municipales les habían impedido instalarse en las calles.
Molestos protestaron, bajo la atenta vigilancia de la policía, en Aldunate con Alcalde, donde también atravesaron lienzos con las leyendas «no somos delincuentes, solo queremos trabajar por nuestras familias».
Adonai Macaya, reconoce que cuenta con permiso municipal, pero sólo para instalarse en San Juan, El Llano y sector Baquedano. Pero al estar malas las ventas en esos lugares vuelven al centro, explica.
En el mismo tono, la vendedora Ruth Sandoval apelaba a la comprensión del alcalde Marcelo Pereira y del concejo municipal para que les permitan seguir en el área central. «Cuando salimos de cuarentena, el alcalde y varios concejales dijeron que nos iban dejar trabajar tranquilos para recuperarnos, pero ahora llegó Carabineros y nos sacó. Yo tengo discapacidad, tengo que trabajar con mi carro, el gobierno ni siquiera me incluyó en los bonos, somos gente honrada…»
Daniel Sanhueza, vocero de los vendedores, explicó que tuvieron una buena acogida en el municipio respecto a las propuestas de llegar a un consenso que les permita quedarse en el centro. «Nos reunimos con el alcalde subrogante Patricio Reyes y con otros funcionarios y nos dijeron que este jueves nos iban a tener una respuesta».
Señalo que los dejarían trabajar hasta que les den un permiso transitorio y buscarán una nueva ubicación, ya que del municipio no quieren que se queden en el centro.
«Vamos a volver a decir en la reunión de este jueves que no nos queremos ir, porque necesitamos trabajar. Detrás de nosotros hay familias, hay niños que quieren tener su Navidad como todo niño. Nosotros no tenemos ni árbol de Navidad, porque por la pandemia estuvimos sin trabajar por más de siete meses».
Dice que el 40 por ciento son de niveles vulnerables, «y además que todos somos coquimbanos». Por eso no aceptaron que los cambiaran al parque O´Higgins, «ya que ahí no entran ni las palomas. Entonces ¿a quién le vamos a vender?…
En la protesta, en que hubo cortes de calles, no hubo detenidos.
El problema del comercio ambulante es complejo. Son claramente más de 60, quizás cien. Algunos extranjeros, otros venidos desde otras partes de la región y también hay coquimbanos. Ocupan las veredas, no tributan, provocan aglomeraciones (en tiempos de pandemia), hay problemas de convivencia entre ellos y eventualmente con el público, y el comercio establecido reclama que obstaculizan los accesos…