Incluso, minutos después de las elecciones de este domingo, Servel publicó un twitter donde se comparó con Flash, personaje de comics, para destacar la rapidez con la que habían entregado los resultados del Plebiscito.
Con el 55,76% de los votos, la opción En contra se impuso sobre el A favor (44,24%), pero mucho antes de que se llegara al 99,99% de las mesas escrutadas, todo el país ya conocía al triunfador. ¿La razón? La velocidad del Servel.
El Servicio Electoral de Chile, apenas media hora después de que empezarán a cerrar las mesas de votación, a eso de las 18 horas, y que los vocales iniciaran el conteo de votos, publicó el primer cómputo. Y poco antes de las 19 horas, los expertos ya apuntaban al ganador, justamente gracias a la velocidad del Servel.
En la región, felicidad por lo realizado el domingo, pero como aseguró este lunes la directora regional de Servel, Ana Cristina Celis, «todavía no terminamos, porque se reúnen en distintas comunas los 16 colegios escrutadores, que son los que revisan las actas de cada una de las mesas. Pero agradecida de toda la ciudadanía, y aun cuando hemos tenido tantas elecciones y todos estamos cansados, fueron a las urnas y expresaron su decisión».
Destaca la alta convocatoria a las mesas (el voto obligatorio de alguna manera ayuda a que asista más gente) «y eso nos gratifica enormemente, dado que el trabajo es arduo y no se ve».
Explica que para una elección deben trabajar cuatro meses, «así que estamos contentos y cansados también (ríe). Esta vez fue superior el padrón, porque se han incorporado más personas al registro y aquellas que quizás estaban sin poder sufragar, pudieron hacerlo. En la región tenemos un padrón de 658.116 mil personas y de ese padrón votó un 80% y eso es excelente».
Buena disposición
La velocidad con la que Servel entregó los resultados, siendo una constante en cada elección, a juicio de Celis, «se debe al esfuerzo, a la constancia, a la buena práctica, confidencialidad y que las instituciones funcionan y para eso hay que tener una muy buena coordinación».
Cuenta que hay muchos actores que participan en una elección y por eso agradece «a los municipios, a los colegios, pues como directora tengo la obligación de determinar los establecimientos que son vocales de votación, y aun cuando ellos de alguna manera quieren que todo permanezca bien y que no haya destrozos, ya que está ese temor, igual han tenido la disposición de ayudarnos; y estoy hablando de todos los colegios, todos nos han colaborado».
«Qué decir de las municipalidades, puesto que el alcalde es el responsable de habilitar todo lo que significan las mesas, cámaras secretas y urnas, así que si no tuviéramos toda esa coordinación, no podríamos realizar un plebiscito o cualquier elección, por grande o pequeña que sea. Tampoco tendríamos la facilidad de tener pronto los resultados, los que son óptimos y rápidos; y en eso nos ayuda telefónica, que es un operador nuestro y se transmite inmediatamente después que se cierra cada mesa. Además el escrutinio es público, todo se digitaliza, así que tenemos la información en línea y eso hace que podamos tener resultados de manera rápida».
Cansada,
pero feliz
De igual manera acentúa la participación de los apoderados en cada local de votación, «así que eso también nos entrega tranquilidad para que todos se den cuenta de que es transparente, que es eficiente, que es válido y creíble».
Lleva cuatro años como directora de Servel y en este proceso, en particular, quedó claro «que las instituciones funcionan, y para eso trabajamos, para que funcione. Los equipos son pequeños, reducidos, pero crecemos en años electorales y venimos trabajando con personas año tras año y eso nos permite tener tranquilidad. Podemos cometer errores, a veces existe alguna descoordinación o algo que retrasa, pero créame que trabajar en el Servel es pura adrenalina».
Al respecto, recuerda que cuando postuló al cargo y le preguntaron en la comisión de Alta Dirección Pública por qué quería trabajar acá, «dije que quería un desafío, pero el desafío sobrepasó todas mis expectativas. Pero estoy feliz, un poco cansada, pero contenta».
