
Desde La Serena hasta La Higuera, el clamor de las ciudadanas crece. Ayer, organizaciones, habitantes y familiares se unieron para protestar por justicia y verdad.
Por Joaquín López B.
La movilización fue convocada tras el hallazgo del cuerpo de Ana María Pizarro, vecina de La Higuera, quien estuvo desaparecida durante 17 días y cuyo caso ha generado conmoción nacional.
En La Serena, familiares, vecinas y agrupaciones de mujeres se movilizaron en el centro de la ciudad. El recorrido comenzó en la plaza Buenos Aires y continuó por la Avenida Francisco de Aguirre, en dirección al edificio de la Fiscalía.
Cada nueva noticia conmueve a más personas. Incluso desde La Higuera llegaron habitantes para sumarse a la intervención.
Bajo la consigna «No estamos todas, falta Ana», se reunieron para exigir verdad y justicia. En el mismo frontis del Ministerio Público, la hija de Ana María Pizarro, Jocelyn, interpeló al fiscal a cargo de la investigación para que saliera a dar respuestas.
El ambiente, a medida que avanzaba la marcha, se volvía cada vez más convulso, y al momento de llegar al edificio del ente investigador, la indignación colmó la templanza de los familiares.
La tristeza y la frustración se apoderaron de la hija de Ana María, quien pedía —con gritos desgarradores— respuestas sobre el futuro del caso, pues no admitirán que se cierre sin responsables.
En un acto valiente, los familiares ingresaron al edificio, mientras que en el exterior, Luisa Verdugo, perteneciente a la Organización de Mujeres de La Serena, aprovechó la instancia para recordar otros casos de femicidios ocurridos en la región.
«Los casos históricos que han pasado en la región de Coquimbo siempre han tenido una demora y una negligencia. En el caso de Daniela Reyes, fueron casi siete años sin un culpable», rememoró.
Aseguró que «la madre tuvo que demandar al Estado, porque fue tanta la negligencia de la Fiscalía que la llamaron a declarar estando fallecida».
También estuvieron presentes familiares de María José Zambra, quienes portaban un cuadro con su fotografía y acompañaron en el dolor a la familia de Ana María Pizarro.
«La familia dio todas las señales de que el responsable era la expareja de María José, quien ya se encontraba en el recinto penitenciario». A juicio de Luisa, como se trataba de una familia de escasos recursos, nunca fueron escuchados.
Según cuenta, «no pueden seguir pasando cosas así, de esta forma, de esta crueldad y deshumanidad. No tienen lógicas de acercamiento, no tienen humanidad sobre los tiempos y los procesos», aseveró.
El fin del itinerario fue en el edificio del Gobierno Regional, donde la familia fue invitada a reunirse con el gobernador, Cristóbal Juliá, y el delegado presidencial, Galo Luna. En la instancia también participó la alcaldesa de La Higuera, Uberlinda Aquea.
Al respecto, Norman Bugueño, amigo cercano y vocero de la familia de Ana María, agradeció en primer lugar la participación de las ciudadanas. «Fue muy gratificante para Jocelyn sentir este apoyo. Eso le dio impulso para hablar por primera vez».
Aprovechó la instancia para hacer un llamado a las autoridades a que «esto no quede impune, que se haga justicia. Ojalá que se sume cada vez más gente». En cuanto a la reunión, valoró la disposición de las autoridades para escuchar a la familia.
La concejala de La Serena, Rayén Pojomovsky, no se restó de la marcha y puntualizó que participó como «mujer, como vecina de la comuna».
«Hoy día —ayer— nos convoca nuevamente un llamado a exigir justicia frente a hechos tan atroces y macabros como el que conocimos. La muerte de Ana María nos invita, nuevamente, a poner el tema de la violencia de género en la mesa, aunque a muchos no les guste y les moleste», sostuvo.