El mismo denunciante solicitó la extensión de un mes por errores en los plazos de notificación, mientras que la administración del recinto logró obtener la patente pendiente para reabrir el café habilitado en el frontis del inmueble

Por Juan I. Herrera Carreño

El mes de marzo trajo novedades para el conflicto del teatro, aunque no todas las esperadas. Inicialmente, el viernes 14, Sebastián Bravo, representante de Teatro Centenario SpA, entidad que administra el recinto hace más de dos años, logró reunirse con la alcaldesa de La Serena, Daniela Norambuena, según lo solicitado por ley de lobby.
Según explica Bravo, la oportunidad sirvió para corroborar que comparte los lineamientos de la edil respecto a fomentar la cultura en la ciudad, así como romper con el turismo estacionario y, en su lugar, trabajar en pos de generar una mayor cantidad y calidad de atractivos para los visitantes durante todo el año.

A su vez, el lunes 17, el café del recinto volvió a abrir sus puertas, luego de que la administración lograra obtener la patente de restaurante que les fue tan esquiva.
«Lo que hicimos fue actualizar la resolución sanitaria de Patio Centenario a Teatro Centenario y abrimos el patente de restaurante a través de la sociedad de Teatro Centenario; quedamos igual que antes», ajuste administrativo que solucionó la problemática.

Según reitera, sería prueba de la obstaculización al funcionamiento del negocio, apelando a que la negativa inicial tuvo incidencia de «Luis Retamal y dos cartas que envió al departamento de patentes de la municipalidad, para que nos prohibieran renovar bajo la razón social de Patio Centenario».

Cambio de fecha

El mismo lunes 17, debía realizarse la audiencia por la demanda que Luis Retamal, en representación de Alta Cruz Spa, hizo a su subarrendador por no pago de arriendo, la que terminó siendo aplazada para el mes siguiente.

«Lamentablemente, se postergó para el 15 de abril debido a un error nuestro con unos plazos de notificación», aseguró Retamal.

Aun así, más allá de lamentar la extensión de la problemática, asegura que siguen optimistas ante conversaciones con nuevos operadores para el inmueble, los que potenciarían el área cultural y gastronómica. «La idea también es abrir el espacio a más expresiones culturales, como la pintura y escultura».

En tanto, frente a las declaraciones que hace unos meses emitió Retamal sobre considerar incluso a Bravo como oferente a un nuevo proceso con las condiciones de pagar lo adeudado, retirar la querella en su contra y emitir disculpas públicas, este último aseveró que «Luego de casi tres años tratando con él, no creo nada de lo que sale de su boca. Si él realmente tuviera la intención de seguir tratando conmigo, simplemente habría cumplido el contrato que tenemos, lo que durante más de dos años no tuvo la intención de hacer».

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