Acústica Marina, empresa de base científica tecnológica de la ciudad de Valdivia, piensa crear una red de monitoreo que contempla la instalación de diez en total, «lo que marcará la pauta a nivel mundial desde la región de Coquimbo», explica la bióloga marina.
Fue en el mes de febrero cuando dos de diez boyas hidroacústicas fueron instaladas en la caleta de Chungungo con el objetivo de identificar los hábitos de navegación de ballenas y otros animales marinos, alertando en tiempo real a las embarcaciones para evitar colisiones.
Esta es una alianza estratégica con la Compañía Minera del Pacífico (CMP) y Acústica Marina, empresa de base científica tecnológica de la ciudad de Valdivia.
Marcela Ruiz, bióloga marina y directora ejecutiva de la empresa, explica que se dedican al desarrollo de hardware y software en la línea del monitorio hidroacústico, y porqué instalar las boyas en la localidad de Chungungo, «porque es un área que tiene mucha influenza de la corriente de Humboldt, lo que significa que existe mucha productividad y eso desencadena que existan especies de importancia como son grandes mamíferos marinos, ballenas particularmente, que transitan por la zona».
A fin de monitorearlas y ver cómo impacta el ruido en su vida, «es que se decide realizar este monitoreo 24/7 para evitar que las embarcaciones choquen a las ballenas», dice.
Un proyecto grande que no se trata solo de dos boyas, como bien advierte Ruiz, «sino que de crear una red de monitoreo que contempla la instalación de diez boyas y que marcará la pauta a nivel mundial desde la región de Coquimbo y con acciones paralelas a la instalación de estas boyas que tiene que ver con entregar datos a la comunidad científica y a la comunidad local».
Inteligencia artificial
Las dos primeras boyas fueron instaladas en febrero y se encuentran operativas. «Estamos sacando datos desde el océano a las distintas plataformas, lo que es un desafío no solo desde el punto de vista de la ingeniería, sino también de las comunicaciones. Las boyas están registrando segundo a segundo el ruido de la localidad y han registrado fauna, pero detalles más técnicos no puedo entregar por el momento, hasta que vayamos a la segunda fase de la planificación. Pero es un monitoreo en línea, donde las estaciones registran y procesan la información de manera ininterrumpida».
Destaca que estas boyas, a su vez, emplean energía solar para poder funcionar. «La idea es que permanezcan siempre en el agua».
En términos de mantención de los equipos, Ruiz avisa que la ventaja de su empresa es que no hay que ir a buscar piezas fuera del país, sino que ellos mismos se encargan de las reparaciones al ser desarrolladores de la tecnología.
Respecto a cómo se logra evitar que los barcos colisiones con los cetáceos, argumentó que «trabajamos en procesos profundos que tienen que ver con analítica, en análisis de datos, de entrenamiento de sistema, pues trabajamos con inteligencia artificial sobre la acústica, lo que nos permite no solo saber lo que hay, como por ejemplo saber si hay un barco o una ballena, sino que además nos permite saber dónde están y hacia dónde van. Son sistemas complejos de entrenamiento, pero venimos trabajando desde 2020 con diferentes estaciones a lo largo del país, y eso nos ha permitido tener un conocimiento avanzado sobre acústica marina».
Para 2024 el resto
Lo importante de este proyecto es que las diez boyas estarán instaladas en la región, «por eso digo que será de impacto mundial, porque en el fondo no existe hoy en los mares y océanos una red de estas características», afirma la científica.
Este año instalarán dos boyas más, las que dice estarán muy pronto en el agua, «siempre que el tiempo nos acompañe», y para 2024 poder tener la red completa.