Agrupaciones ligadas al patrimonio dan a conocer su descontento con la Ley de Patrimonio que es impulsada por el gobierno, en donde explican que hubo una estrategia de dejar fuera a lo inmaterial e indígena para saltarse el proceso de consulta ciudadana.
En junio de 2019, el Ejecutivo presentó una de las iniciativas más relevantes de su agenda cultural, se trata del proyecto de ley de patrimonio, legislación que tenía por objetivo crear una nueva institucionalidad, así como procurar la modernización de los mecanismos de salvaguarda.
Sin embargo, durante el debate legislativo surgió más de una observación respecto del proyecto. Entonces las críticas hablaban de un proceso que se había elaborado entre cuatro paredes, pasando por alto uno de los puntos claves del Convenio 169 de la OIT, vale decir la participación de los pueblos indígenas.
El Colegio de Arquitectos delegación zonal Coquimbo, Parque Mirador Batalla de Los Loros, Asociación de funcionarios del Patrimonio, Asociación de Artesanos de Chile y la organización de Barrios y Zonas Patrimoniales, alzaron la voz.
Sonia Neira, del frente del Patrimonio Región de Coquimbo y presidenta de la organización de Barrios y Zonas Patrimoniales, explica que «desde 2018 se está tramitando en el Congreso la indicación sustitutiva de la mal llamada ley del patrimonio. Nosotros coordinamos una organización a nivel nacional y desde el año pasado conformamos el frente regional, que está constituido por 28 organizaciones desde La Serena hasta Los Vilos», explica.
«Llevamos cerca de 980 firmas de este documento a nivel nacional, entre académicos, Colegio de Profesionales, sitios de memoria, organizaciones indígenas, gremios del Ministerio de Las Culturas, comunidades del patrimonio, entre otros, que están avalando esta declaración», sostiene.
«Los patrimonios están en peligro, la actual ley, pese a todas sus falencias, igual los protege, la modificación a la ley no cuenta con un presupuesto, no regula a los funcionarios, porque para que el Consejo de Monumentos pueda protegerlos necesitamos profesionales en el territorio», agrega.
Puntualiza en que «no basta solo con declarar un lugar como patrimonio, sino que faltan planes de gestiones para resguardar y proteger estos sitios, y no es solo lo urbano, hablamos de lo natural, de lo cultural, de lo inmaterial…».
