El “Proyecto Prat”, de 3.500 kilometros de extensión, conecta Arica con Puerto Montt mediante un nuevo cable submarino, que contiene 24 filamentos de
vía fibra óptica. Cada uno de ellos con la capacidad de transmitir “20 Terabytes”.
En suma, la capacidad para alimentar con internet a más de 2 millones de hogares, considerando 200 Mbps para cada uno.
Hoy las redes corren normalmente junto a la carretera Panamericana, sin embargo, según Juan Carlos Valenzuela, gerente Zona Centro-Norte de GTD, “la novedad es que este es por el mar, y eso genera una potencia y estabilidad en las conexiones que no existe hoy en día, porque las fibras ópticas de todas las compañías se vienen por la Ruta 5, para el norte y para el sur, entonces si pasa algo corremos el riesgo que las comunicaciones se corten”. El ejecutivo cuenta que donde han presentado la iniciativa tiene un apoyo transversal, porque deja a Chile con un estándar de conexión que no tenía.
La Serena: Único punto de conflicto del cable Prat
En nuestra zona, el cable para conectar a La Serena emerge en la zona de Caleta San Pedro, donde es un cable no más grueso que una manguera de riego, pero extremadamente resistente y pesado por sus coberturas metálicas, generó la preocupación y temor de las agrupaciones de pescadores del sector, además de Peñuelas y Coquimbo, quienes han denunciado que afecta a los cultivos de macha de la zona. Por ello solicitaron un informe a la compañía para que un ente externo analizara los posibles impactos.
Según Valenzuela, gerente Zona Centro-Norte de GTD, la empresa de capitales chilenos que ha instalado sistemas de fibra óptica en Colombia, Perú y España, esta es la primera vez que se les planteaba un problema de este tipo. “La Serena es el único punto del país donde hemos tenido inconvenientes, y además hemos instalado varios cables submarinos, y la gente que nos asesora, que son alemanes, han instalado cables en todo el mundo, y nosotros estamos clarísimos que los cables de fibra, que no llevan electricidad sino que luz, no emite nada y miden lo mismo que una manguera, no generan impactos y está demostrado”, señala.
Y cuenta que “cuando llegamos a La Serena tuvimos inconvenientes con algunos eventos como las varazones, y no entendíamos que podía estar ocurriendo que fuera diferente a todos los otros lados”. Razón por la cual pidieron un estudio a un biólogo marino, Jaime Aburto, de la UCN.
Respecto a los resultados del estudio, Valenzuela comenta que primero el compromiso era entregárselos a las comunidades, hecho que se concretó durante la mañana del jueves, que fue calificada como “muy buena” por el ejecutivo. “Pero nos comprometimos en la reunión a que no vamos a dar muchos detalles de lo que arrojó el estudio, porque ellos quieren verlo primero, lo que nos parece razonable porque es muy complejo, son más de 60 páginas”, señala.
¿Por qué eligieron Caleta San Pedro?
Consultado respecto a la ubicación, que es frente a Caleta San Pedro, el ejecutivo señala que “hubo varios criterios, pero lo que tengo entendido es que cuando se hizo el anteproyecto, una de las cosas que se evaluó es que en el lugar no hubiese explotación de recursos, y en ese minuto no había”.
“Después Jaime Aburto (biólogo) nos aclaró que la explotación de recursos se va haciendo en distintos momentos en varios lugares de la playa, de hecho en ese sitio no hay explotación actual, esa es la realidad, pero podría haberla más adelante”, agrega.
Respecto a afectar a todo el banco de machas, señala que “no lo hace, afecta a menos del 1%”.