Carmen Juliá, que vivió y administró el teatro, señaló que «tengo entendido que se botaría la parte trasera del teatro y no estaba al tanto de esta información porque no nos han avisado nada. Somos 4 sucesiones distintas con las que tenemos que conversar para llegar a algún tipo de arreglo. Yo personalmente me hice cargo del lugar luego de la muerte de mi abuelo. En las conversaciones que hemos sostenido estamos dispuestos a vender el edificio», indicó. Agregó que «en reiteradas oportunidades y con diferentes alcaldes se le ofreció a la municipalidad el teatro, pero nunca pasó nada. Ahora bien, me parece muy bien que por lo menos se pueda mantener la fachada para las nuevas generaciones».