Una vez ocurrido el terremoto del 16 de septiembre pasado, un equipo técnico encomendado por el Arzobispado de La Serena inició un completo catastro para conocer el estado en que quedaron las principales iglesias y casas parroquiales de la región que pertenecen a la arquidiócesis. Dicho estudio da cuenta de la situación de más de 30 templos y construcciones.
La situación más compleja está en la provincia de Limarí. Entre las construcciones más dañadas se encuentran; Nuestra Señora del Carmen de Monte Patria, que presenta daño estructural y se encuentra cerrada al público. En el caso del cementerio el estudio señala que existen cinco restos humanos expuestos y se recomienda su cierre.
En el caso de San Vicente Ferrer de Ovalle, también se encuentra clausurada al público y presenta daños en contrafuertes de muros y fisuras profundas en los muros interiores y exteriores. Una situación similar presenta la iglesia Corazón de María que presenta daños graves en torres e inminente derrumbe. También está cerrada al público.
Otra de las más dañadas es Nuestra Señora de las Mercedes de Carén, cuya casa parroquial presenta daños en las habitaciones y se recomienda dejar de usarla. En el caso de la capilla de Mialqui, presenta daño completo y se solicita evaluación para desarme.
El santuario El Niño Dios de Sotaquí registra daño interior y exterior, pero aparentemente sin daños estructurales, sin embargo, la casa parroquial se encuentra dañada en un 60 por ciento y es difícil su reparación por tener daños estructurales en los muros.
«Lamentablemente hay iglesias que están muy dañadas y nosotros hemos tratado de priorizar, tenemos Monte Patria, San Vicente Ferrer, Corazón de María, Carén y casas parroquiales que fueron dañadas como Sotaquí, Carén y Paihuano. Por lo tanto, nuestra prioridad son esas iglesias, posteriormente tenemos que ir evaluando la posibilidad de algunos proyectos con instituciones estatales y también con la ayuda del empresariado, ya que lamentablemente muchas iglesias son de adobe y eso a nosotros nos obliga a tener personas idóneas y que sepa mucho del tema porque no podemos llegar y decir echen abajo una iglesia porque tienen un valor patrimonial», indicó a LA REGIÓN Cecilia Marín, Administradora de Bienes del Arzobispado de La Serena.
La profesional también indicó que se buscará la formula de poder contar con los recursos para poder recuperar las iglesias y casas parroquiales dañadas. «Vamos a ver la posibilidad de armar proyectos y también de que la comunidad nos pueda ayudar con campañas, que ya está ocurriendo en San Vicente Ferrer y el padre en Monte Patria también lo está haciendo, pero lamentablemente allí la iglesia está para derrumbarla, aunque aún no tenemos la autorización municipal. Nosotros tampoco tenemos los dineros para hacerlo pues tiene un valor estimativo es 9 millones de pesos, sólo en demolerla, sin considerar su proyecto arquitectónico para que la gente pueda contar nuevamente con su templo. Recursos extraordinarios para poder paliar el tema no tenemos, como sucedió el año 97, en que nosotros llegamos a gastar en todo el período, hasta el 2002, 800 millones en restauraciones», dijo.
Con respecto a la posibilidad de que las empresas puedan hacer aportes a la Iglesia con rebaja de impuestos, la encargada indicó que «a través de Conferencia Episcopal está la posibilidad de dar certificados, por lo tanto eventualmente podríamos recibir la ayuda con rebaja tributaria, que le va a permitir a las empresas o los empresarios, o personas que declaren en primera categoría acceder a este beneficio».
En la comuna de Paihuano, el templo Nuestra Señora del Carmen de Montegrande, el informe señala que se observan en su fachada principal caídas de plancha de estuco de mortero arena/cemento. «En el interior se aprecian grietas y fisuras en muros laterales y arco de sacristía. También hubo separación del encuentro de muros a los costados del altar. Se observan grietas en los muros del coro, caída de cornisa en la sacristía. Se aprecian varios daños por caída de estucos y separación de muros, en las dependencias destinadas al adulto mayor y artesanos. En conclusión se informa que se deberá retirar todo tipo de estucos con peligro de caer, tanto en la fachada principal, muros exteriores laterales, muro testero detrás del altar e interiores. En las dependencias destinadas al adulto mayor y artesanos, habrá que reparar, tal vez demoliendo parte de los muros dañados.
En la jurisdicción parroquial de San José de Algarrobito, en la provincia de Elqui, el estudio contempla los daños en la capilla de El Molle, que se encuentra en restauración y sufrió daños en sus muros de abobe ubicados en la base de la torre del campanario. «El muro exterior de la sacristía sufrió graves daños, produciéndose quebraduras diagonales de sus adobes, en ambos sentidos de su ventana, el que se debe rehacer», señala el informe.
En el caso de la parroquia de Altovalsol, que data del año 1860, se observan desprendimientos de revoques de barro, agrietamientos, daños graves en muros contiguos a la capilla. En el interior se observan desprendimientos de revoques y grietas en muros. Existen aún escombros, por la caída de revoques. «En conclusión, los daños graves se encuentran en las construcciones aledañas a la capilla, siendo estas muy antiguas y ya deterioradas. Algunos muros se deben demoler, para debido a que representan un peligro inminente de derrumbes», señala el documento.
En el caso de esta parroquia, la comunidad ya se está organizando para poder realizar su restauración debido a que no puede ser demolida, pues forma parte del patrimonio religioso y arquitectónico de la región protegido por el Consejo de Monumentos Nacionales.