Si bien el trabajo se mantuvo incluso en vacaciones, aseguran que la corporación no ha dado respuesta a problemáticas graves, tanto de infraestructura como de electricidad, las que se traducen en focos de peligro en los establecimientos.

Durante el paro de profesores de La Serena que marcó el fin del segundo semestre de 2024, los padres y apoderados de los establecimientos municipales de la comuna comenzaron a organizarse a nivel comunal para integrarse a la discusión sobre la educación local.
Bajado el paro, y durante la temporada de vacaciones, el Centro Comunal de Padres y Apoderados de La Serena siguió vigente, atendiendo las diferentes problemáticas de cada colegio, siendo portavoces frente al sostenedor, la Corporación Gabriel González Videla.
Con las clases del 2025 en marcha, este lunes se volvió a reunir la orgánica formada por 35 de los 41 colegios municipales de La Serena (a la espera de sumar a los 6 restantes), para confirmar a su directiva inicial, plantear problemática y nuevos desafíos.

Desestimados

Meses luego de su primera intervención en la comunidad educativa, Camila Reyes, apoderada y vocera del centro comunal de apoderados, asegura que la situación sigue siendo la misma. «Tenemos problemas en infraestructuras graves, problemas de electricidad de colegios que están a punto de quemarse, básicamente, porque no se generan los arreglos que corresponden».
Y es que argumenta que, desde que surgió la figura del traspaso a SLEP, la corporación tomó una posición lejana a solucionar este tipo de casos, y que, si bien la nueva directiva aseguró no seguir ese rumbo, las señales son mínimas.
«Nunca han cumplido ninguno de los tratos, piden más espacio para trabajar, pero las problemáticas son las mismas», estipula.
Del mismo modo, acusa que, desde la elección de Daniela Norambuena como alcaldesa de La Serena, se han hecho las solicitudes para reunirse formalmente con ella, sin obtener respuesta alguna.
«Creemos que siguen pensando que los apoderados somos un grupo de personas que no tienen el conocimiento de las situaciones, pero finalmente somos los que estamos mucho más involucrados en ello», dice Reyes.
Justamente, asegura que su representatividad ha sido cuestionada en diferentes entidades, aunque de manera indirecta. «Insiste en que, si nosotros no tenemos una constitución de manera formal, no tenemos el peso que ellos piden para solicitar arreglos. Si bien sabemos que los centros de padres, de manera independiente, si tienen dicha facultad, no los escuchan, por eso nosotros vamos a formalizarnos».

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