El establecimiento, alojado en la localidad de Chungungo, comuna de La Higuera, viene desarrollando además un sello artístico y cultural, con talleres de música, canto e instrumentos, y realizará un rescate patrimonial de ese sector costero.
Para un establecimiento educativo, la ciencia y el arte no tienen por qué ser disciplinas secundarias a la enseñanza, y la Escuela San Andrés de Chungungo lo sabe. Y es que el recinto, cuya matrícula se compone de 26 menores entre primero y sexto año, viene incorporando el ámbito científico y artístico para que sus estudiantes exploren nuevas vías de desarrollo personal, más allá del contenido propio de las aulas.
Por estos días reina la felicidad en Chungungo, localidad costera de la comuna de La Higuera. Con población cercana a 400 personas dedicadas a la pesca, minería, agricultura y ganadería, el sector está celebrando los 109 años de la Escuela San Andrés.
Raúl Castillo es el profesor encargado del establecimiento y forma parte de la Orquesta Filarmónica Intermedia de La Antena, en La Serena. Explica que este aniversario tiene un programa que fomenta no solo la participación de sus estudiantes, sino que recoge la intervención de la comunidad en las actividades de celebración.
«Tuvimos un desfile de modas con material reciclable, donde los alumnos trabajaron en la elaboración y confección de los trajes, junto a sus padres, madres y tutores. Esta actividad se realiza desde 2019 y fomenta el reúso de los desechos y la conciencia ambiental en la comunidad. Por temas de pandemia se suspendió, pero lo estamos retomando en esta versión, con 20 trajes que desfilaron en una caravana donde los chiquillos pudieron presentar su ropa», describe Castillo.
Y no es lo único que se está reactivando, pues todavía está en funcionamiento un particular museo que mezcla el conocimiento de los pueblos originarios y los primeros habitantes costeros, con piezas de la biodiversidad de Chungungo.
En 2015, junto con una agrupación de ex alumnos de la escuela y el apoyo de la Universidad Católica del Norte (UCN), desarrollaron una muestra donde los propios estudiantes se transformaron en taxidermistas, es decir aquellos que practican una potente técnica que consiste en disecar animales muertos para conservarlos con apariencia viva.
Otra singularidad del Museo Escolar Marítimo, es que la exhibición de las galerías es desarrollada por los propios estudiantes, actuando como encargados y guías de las visitas de quienes llegan a esa pequeña localidad.