– A juicio del presidente regional del gremio, Mario Sánchez, el ingreso a clases «ha sido de improvisación» pues el gobierno saliente «dio la instrucción y luego se desligó…».
Pronto a cumplir un mes de clases presenciales, y luego de dos años bajo la modalidad de clases a distancia, el Colegio de Profesores ya manifestó la opción -al Mineduc- de implementar algunos cambios en los protocolos de aforo y jornada completa de los establecimientos educacionales con el fin de resguardar la salud de la comunidad.
En colegios municipalizados, por sala hay cerca de 40 alumnos. Por eso, una medida sería establecer horarios especiales para no tener una gran cantidad de estudiantes de forma simultánea en la misma aula, evitando no sólo el riesgo de contagios, sino también otros problemas que en estas primeras semanas de clases se han podido evidenciar.
Al respecto, el presidente regional del gremio, Mario Sánchez, comentó que esta situación «la venimos planteando desde el año pasado y ni siquiera como Colegio de Profesores, sino que los colegas de distintos establecimientos».
Sánchez es dirigente y también docente en un colegio de la comuna de La Serena, «se ha hablado esta situación, que es empezar tal como fue el retorno del año pasado, lo que evitaría varias situaciones que se están dando, ya que no se hizo lo que debió haberse hecho de acuerdo a nuestro criterio como gremio y profesores, que es la contención emocional primero».
Esto, porque a juicio del docente «las salas están completas, con su capacidad máxima, y eso genera conflicto, sobre todo si estuviste encerrado por mucho tiempo».
Carencias básicas
De hecho, existe disgusto en el Colegio frente a algunos puntos del protocolo entregado por el Ministerio de Educación, «puesto que la entrada debió haber sido gradual y no todos de golpe y porrazo, así hubiésemos evitado algunas situaciones y eso se ha planteado. Creemos que se debe reducir la jornada, toda vez que no se justifica lo largo que tiene la jornada escolar».
Para Sánchez «todo ha sido improvisación» y reconoce que «el gobierno saliente no entregó recursos, sólo dio la instrucción y luego se desligó».
De hecho, explica que «está la instrucción de que ahora los establecimientos educacionales, o los sostenedores, no son responsables de entregar, por ejemplo, la mascarilla a los estudiantes, sino que son las familias las encargadas de proveerlas. Entonces qué pasa con esas familias que no tienen los recursos, y cómo vas a privilegiar entre un pan y una mascarilla…».
Lo que más llama la atención, asegura el profesor, es que las carencias son las básicas. Por ejemplo, señala que en la comuna de Río Hurtado «no hay agua y el gobierno obligó a seguir con las clases extendidas, cuando la norma dice que cuando no hay agua las clases deben suspenderse. Incluso están faltando los recursos básicos, y ni siquiera estoy hablando de los temas sanitarios para el covid, sino que el papel para el baño, para las cosas normales y que no se repone con la regularidad que corresponde».
Además, «los espacios se hacen muy pequeños para poder desarrollar todo lo que corresponde a los protocolos. Así que paulatinamente lo que comenzó ordenado, ya hoy se está descontrolando».
En ese sentido, menciona que una clase presencial «es contraria a lo que es el distanciamiento social por las clásicas conductas que se dan dentro de una clase».
Para ilustrar, «si un alumno no trae sus útiles, es el otro compañero quien se los presta, lo mismo el consultar, el pararse. Por lo tanto, no puede haber gente automatizada que estará en una sola posición durante la hora que dura la clase…».
Otro detalle es el uso de la mascarilla, «que lo vemos desde el punto de vista del docente y de los alumnos, y que en verdad ha sido nefasto, puesto que la oxigenación no existe, amén que los recreos muy cortos tampoco sirven».
En el caso de la región, Sánchez espera que llegue él o la seremi para sentarse a conversar, «y de inmediato fijar a corto plazo y no al mediano, políticas nuevas de trabajo».