Desde la SAN (Sociedad Agrícola del Norte), su presidenta María Inés Figari, como también desde el municipio de Monte Patria, el alcalde Cristian Herrera, enfatizan en el crítico diagnóstico avalado por estudios del Ceaza y remarcan que no estamos lejos de la eventualidad de que no haya agua para consumo humano. Por otra parte, autoridades del agro se reunieron en Limarí y señalan que pronto existirán soluciones.

«Tenemos cinco embalses en números rojos y no se observa un plan de mitigación para cuando se acabe el agua». Con esta frase, la presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, María Inés Figari, grafica el oscuro panorama de la Región de Coquimbo con respecto a la escasez hídrica, «una verdadera catástrofe». De hecho, consultada por Diario La Región, prosigue: «La agricultura del Limarí esta desahuciada, con fecha de término para el 30 abril de 2024, afectando todos los rubros, como servicios, comercios, bancos, entre otros».

El diagnóstico

El diagnóstico desolador de la presidenta de la SAN no es a la ligera, sino que se sustenta en explicaciones categóricas entregadas por Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), desde donde señalan que, si bien todos los años hay pronósticos de lluvia, hay que asumir que vivimos en un territorio árido, donde la caída de agua es y será cada vez más escasa, por lo que hay poca esperanza de que el agua en los embalses aumente durante el invierno.

Sin lluvias, embalses secos

De hecho, según muestra un reporte de Ceaza del 13 de marzo de este año, el trimestre marzo-abril-mayo de 2024 sería mayormente seco para la época del año. Esto se traduce en que habría que esperar la transición hacia invierno para tener mayor posibilidad de eventos importantes de precipitaciones.

En este sentido, los números que maneja la SAN en lo que tiene que ver con los embalses, también son elocuentes: actualmente la Región de Coquimbo tiene un 6% de capacidad embalsada, con un embalse Cogotí, en Combarbalá, con 0%; La Paloma, el más grande de Chile, con 3% en Limarí; y en Elqui, el embalse Puclaro en un 4%. Cifras realmente catastróficas.

Consumo humano

Hasta ahora el agua está afectando de manera letal a los rubros ligados a la agricultura, pero según María Inés Figari, «la disponibilidad de agua va a la baja y en algunos puntos la distribución sólo es para consumo humano, pues para la agricultura ya no es posible entregar las cuotas correspondientes. Hay una baja de un 50% de la superficie cultivada y algunos agricultores comienzan a tener problemas económicos, con remates de campos, o simplemente el agua no alcanza para los cultivos», señala.

La Niña

Consultada respecto al Fenómeno de La Niña, Figari afirma que «la expectativa es que llueva, pero ya estamos resignándonos a no tener agua, por eso se buscan alternativas para la obtención de ella, con la construcción de las desaladoras provinciales, desaladoras móviles, captación de nuevos pozos y otras propuestas que se evalúan. Los informes técnicos señalan que habrá escasa lluvia y además el cambio climático provoca estragos, por ejemplo en los nogales, duraznos, damascos y cerezas con retrasos en las floraciones o simplemente la inexistencia de ellas», remarca.

Monte Patria devastada

En conversación con La Región, el alcalde de Monte Patria, Cristian Herrera, lo primero que manifiesta es que le llama la atención que las autoridades todavía no hablen de «catástrofe», ya que este es el concepto a utilizar en una emergencia como la que se está viviendo. «Creo que ha faltado mayor fuerza en las autoridades políticas a nivel regional para poner los puntos donde corresponde», indica el edil.

Herrera afirma que esto es más grave que un incendio u otro fenómeno natural que puede acarrear un perjuicio para la comunidad, «ya que se trata de algo mucho más profundo. Algo de lo que no nos vamos a poder levantar sin inversión. Es una situación muy compleja, y te lo grafico de la siguiente manera, en Monte Patria se acabó el empleo agrícola. No hay más. Ahora venían los cítricos, pero ya no vendrán, porque no hay agua para cosechar. Se están cerrando campos, se está despidiendo a mucha gente y la actividad económica en la comuna está muy debilitada. Yo te insisto, esta es una catástrofe que no podemos detener», expresó el edil.

Delegada de Limarí

Por su parte, la delegada de Limarí, Marily Escobar, expresó que gracias al trabajo articulado que habrían tenido con los municipios de la provincia, se habría podido levantar «el requerimiento que hoy día nos lleva a poder mitigar a mediano y a corto plazo la situación crítica que estamos viviendo con la sequía acá, y poder contar con los servicios a nivel nacional nos entrega una herramienta valiosa para gestionar todo el plan de emergencia que debemos entregar en la provincia», finalizó.

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