Los hechos sucedieron el 20 de septiembre del 2010, aproximadamente a las 17:00 horas, en el interior del inmueble que compartía el sujeto con la menor, en el sector Los Torreones, Las Compañías.
Andrés Hernán Irarrázabal procedió a tomar con fuerza las manos a la niña, de 12 años a la fecha de los hechos, para accederla.
La fiscalía lo acusó por el delito de violación impropia.
El caso revistió complejidades, sin embargo, el testimonio de la víctima fue clave para acreditar el delito, dijo el fiscal Marcial Pérez. “La defensa generó elementos de prueba mendaces, pero con cierto vigor y que podrían introducir elementos para construir la duda razonable y absolver al imputado. Sin embargo, la valentía, claridad y coraje de la víctima para plantear la ocurrencia de los hechos y describir la agresión sexual de su padre fueron fundamentales”, dijo el persecutor. “Fue un escenario complejo y escabroso”, agregó el persecutor.
Además, el sujeto deberá cumplir la pena accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos. A su vez, quedó inhabilitado para profesiones titulares mientras dure la condena, a la interdicción del derecho de ejercer la guarda y ser oído como pariente en los casos que la ley designa y sujeción a la vigilancia de la autoridad durante los diez años siguientes al cumplimiento de la pena.