Productores agropecuarios de la comuna de La Serena recibieron ocho sacos
de maíz y dos de harina de soya, a través del Gobierno Regional y el INDAP, para paliar el complejo momento que viven por la escasez hídrica. Sin embargo, algunos señalaron que «la asistencia debió haber llegado en el mes de junio, cuando las cabritas estaban preñadas…»
Leila Ramos, criancera de La Serena, del sector La Varilla, en Las Compañías, llegó al Parque Coll de La Serena junto a su familia. La mortandad del ganado se instaló en la región hace mucho tiempo y por eso llegó en busca de ayuda.
Le quedan 45 cabras de las más de 100 que tenía no hace mucho. Debido a la sequía todos los días se mueren sus cabritas, y se estima que irán en aumento.
«Así que esta ayuda que nos entregan en algo solucionan los problemas», sostuvo ella, una de las 156 personas -productores agropecuarios- beneficiadas de la comuna de La Serena en recibir ocho sacos de maíz en grano y dos de harina de soya, insumos que llegan a cubrir en parte los requerimientos nutricionales de sus animales.
Sin embargo, y aunque agradece la ayuda entregada por el Gobierno Regional, a través de INDAP, asegura que es poca. Que en realidad les durará una semana. «Y después qué», se pregunta.
«Nos entregaron ocho sacos de maíz y dos de harina de soya, y es una ayuda que estábamos esperando hace rato. Llegó, es cierto, pero es poco. No nos alcanza para mucho, con suerte para una semana, dependiendo de la cantidad de animales que uno tenga. ¿Sabe? En mi caso es para una semana y luego volveremos a lo mismo, a quedar sin nada. Sin embargo, lo hemos conversado con varios otros crianceros y hemos llegado a la conclusión de que esta ayuda tenía que haber llegado en el mes de junio, cuando las cabras estaban preñadas, no ahora, que es tarde. Este alimento para esa fecha habría sido ideal, porque ahora la mayoría de los animales están muertos, y lo que nos quedan no tienen casi fuerza».
Una de las cosas que piden es que les surtan de forraje para alimentar a sus animales, más que les entreguen maíz y soya.
No duda en reconocer que lo ideal «era que nos entregaran pasto, que la verdad está muy caro, puesto que los animales es lo que más comen, más que el maíz y la soya».
Y su molestia, al igual que la de muchos crianceros, radica en que «hoy está a 9.500 pesos el fardo y alcanza para un día -y con suerte- y antes lo comprábamos a 6.000 mil pesos, y a veces hasta más barato».
Leila dice que «lo ideal es darles a nuestras cabritas tres porciones de pasto y una de maíz, pues es la única manera que no les haga daño. Pero todo esto debió haberse entregado en el mes de junio, cuando las cabras estaban preñadas», insistió.
Eduardo Rodríguez, también criancero de La Varilla, llegó en busca del alimento para su ganado. No estaba feliz, pero «algo es algo», sostiene. Tenía 126 cabritas y hoy le quedan 80.
«El Gobierno ya sabe el costo del pasto, por eso es que mandó maíz y soya, ya que es un producto que está muy barato. Es más. Creo que si el pasto hubiera estado al alcance razonable para el Gobierno, seguramente nos manda el pasto, como antes sí lo hacía. Hoy mandó un producto que nos servirá muy poco, porque la verdad de las cosas, y en categoría de la alimentación, el pasto siempre está mucho más arriba que todos estos productos. Si bien se agradece, nos enviaron un producto para taparnos la boca un poco».
Y agrega que, «me hago responsable de lo que he dicho. Tengo 80 animales y estos sacos no me alcanzarán para nada».