Dirigentes de las comunas que a partir del jueves entraran en confinamiento, especialmente de Coquimbo y La Serena, piden a las autoridades «implementar una mayor cantidad de bonos y subsidios para el comercio que cerrará…».
La noticia, aunque se esperaba por el aumento de casos positivos, no cayó de buena manera en las cámaras de comercio de las comunas que a partir de este jueves entran en confinamiento.
En Vicuña y Salamanca, especialmente, donde nunca imaginaron estar en la lista. «Todo pasa por la gente que es flotante, pues dejan el bicho, se van, y no sabemos dónde va la línea», comentó la presidenta de la Cámara de Comercio de Salamanca, Angélica Lawrence.
Advierte que una cuarentena para el rubro es grave, y por eso «acá se debe hacer otra cosa, pues Salamanca no tiene el virus, sino que lo traen, que es totalmente distinto. Nosotros no vivimos de la minería, sino de que lo que compra el cliente, quienes viven acá, así que tenemos un problema y no podemos dejarlo pasar. Para nosotros es grave si cerramos el comercio».
De hecho, afirmó que «haremos una reunión mañana (hoy) porque esto es mucho y tampoco sabemos cuánto durará. Pero nosotros debemos cerrar y no la gente flotante, entonces quién ordena esto».
En Vicuña se vive una situación parecida. Esto, porque advierte Víctor Núñez que con estos nuevos cambios anunciados por el Minsal «el turismo se acaba. No es una buena noticia para nosotros, aunque es algo que se esperaba por el aumento de contagios en la región», comentó Víctor Núñez.
Agregó que «nosotros tuvimos un buen periodo estival, puesto que desde diciembre el comercio funcionó de buena manera, con mucha afluencia de gente, incluso el pequeño almacén. Sin embargo, ahora no sabemos cuánto tiempo esto pueda durar».
Cámaras Coquimbo y La Serena
Eso que la pandemia tiene el potencial de causar estragos al comercio, bien lo saben en La Serena y Coquimbo. Es la segunda cuarentena y, por lo mismo, el temor de volver a cerrar y no abrir, en algunos casos, es algo que se percibe.
«Somos consecuentes con lo que hemos dicho anteriormente, pero en un contexto donde el comercio ha sido azotado en Coquimbo por reiteradas situaciones, como los arreglos de calles que duraron excesivamente; también lo que vino después con el desorden social, y ahora último con la pandemia. Muchos de nuestros socios han sufrido y ahora una cuarentena no viene bien», sostuvo Fernando Guzmán.
Para su gremio «es un golpe», aunque aseguró que «debemos entenderlo en el contexto de que es el mal menor en consideración a que si seguimos así, las camas de la UCI estarán en una situación bastante compleja. Bajo ese punto de vista entendemos absolutamente la situación, pero también queremos hacer notar que las autoridades, en general, han tenido varias fallas en prevenir esto. Ejemplo: un comercio ilegal que muchas veces se ve desbordado, claro que es factor que produce un incremento de casos covid. También ver micros a veces atestadas o los aviones que no tienen aforo. Ahí, por lo tanto, falta una rigurosidad en cuanto a hacer cumplir las leyes».
Para Guzmán el país se divide en las personas que tienen un sueldo a fin de mes «y quienes debemos hacer un sueldo con nuestro trabajo diario, así que en ese sentido estamos muy complicados y principalmente el pequeño comercio, la pequeña empresa, visto que muchos de ellos pueden llegar a la cesantía y al cierre de locales».
Para evitar eso, espera que las autoridades «puedan implementar una mayor cantidad de bonos y subsidios para el comercio que cerrará y de esta manera pueda permanecer con vida una vez que termine esta pesadilla».
Comparte los dichos
Patricio Araya, presidente
de la Cámara de Comercio
de La Serena.
«El retroceso a la fase 1 es un duro golpe para el comercio, entendiendo que disminuyen los aforos y hay locales que estarán cerrados. Esperamos, entonces, que logremos remontar luego y podamos volver a la fase 3 y más. Pero es preocupante desde el punto de vista sanitario y también para el comercio que no podrá abrir».
Un panorama no muy alentador para el pequeño comerciante, que en su mayoría viene haciendo aguas desde octubre de 2019.
«El comercio se ha visto afectado, saqueado e incendiado durante el estallido social y desde marzo del año pasado, debido a la pandemia. Hemos sido duramente castigados en ese sentido y evidentemente tenemos que ver con qué medidas adicionales nos apoyará el gobierno para poder subsistir durante este periodo en que estaremos cerrados, al menos quienes no vendan productos esenciales».