Docentes enviaron una carta a la Vicaría de la Educación expresando su malestar. Desde la arquidiócesis respondieron que «el mencionado curso se encuentra en evaluación sobre la fecha y modalidad más pertinente para su realización», y desde Santiago, el experto en historia de la iglesia, Marcial Sánchez, dijo que la iglesia de La Serena se está perdiendo una gran oportunidad, «porque no puede ser que los profesores tengan que mandar una carta sin firma y sin nombres por temor a que los expulsen…».
La carta fue enviada el 20 de marzo al padre Alejandro Silva, vicario de educación de la Arquidiócesis de La Serena. En ella los firmantes, todos profesores de filosofía y religión, expresaban su «preocupación» por las características del curso «de preparación para la aplicación de los nuevos planes y programas de religión». Esta reunión fue el viernes 6 de marzo en el Colegio Salesiano de La Serena.
En la misiva, el malestar de los docentes era por «el costo y vinculación con la autorización necesaria para poder ejercer…».
Esto en clara alusión al cobro de 300 mil pesos que deberían pagar por una capacitación que ofrece el arzobispado sobre el nuevo programa curricular de la asignatura, o correr el riesgo de ser despedidos por no asistir a las capacitaciones obligatorias.
Consultados por este medio, algunos profesores se excusaron de entregar su declaración, pero si aseguraron «que estamos cohesionados como docentes y siguiendo los pasos indicados y protocolares respecto a esta situación, que es muy delicada y donde nadie de nosotros se puede ver involucrado. Apenas tengamos novedades oficiales y consensuadas, nos comunicaremos con usted…».
Revisar la ejecución
Si bien en la carta destacan la ayuda «a nuestro trabajo dentro de la sala de clases, amén que la preparación para la implementación de los nuevos planes y programas tiene el mismo espíritu», de igual manera aseguraron que «como colegas y ex alumnos egresados de la universidad, tenemos un reparo sobre todo por la obligatoriedad y vinculación que tiene este curso para poder ejercer como profesor de religión».