La inasistencia grave corresponde a aquellos estudiantes que registran menos del 85% de asistencia a clases. En la región llega al 30%.
El mundo se derrumbaba, y con ello la pandemia empujaba a muchos padres a tomar una decisión que seguramente venían postergando hace tiempo. Así, dejaron de mandar a sus hijos a la escuela, aumentando el porcentaje de deserción escolar en el país y en la región.
Según la Fundación Acción Educar, 1 de cada 8 estudiantes del sistema escolar que recibe fondos del Estado presenta inasistencia grave a los recintos educativos. La inasistencia grave corresponde a aquellos estudiantes que registran menos del 85% de asistencia a clases. En la región llega al 30%.
Por lo mismo, ayer, en el Colegio Marta Brunet de La Serena, directores de establecimientos, duplas psicosociales y encargados de convivencia escolar, tuvieron una jornada de capacitación para la revinculación escolar, junto al acompañamiento de la Corporación Educacional Free Way, que busca asesorar y capacitar justamente a las duplas psicosociales para que tengan las estrategias y herramientas necesarias para que puedan ayudar a estudiantes de séptimo a cuarto medio a su trayectoria escolar.
«En concreto, son dos etapas: que no se vayan los alumnos del colegio, y en aquellos que ya han desertado del sistema escolar, ver la forma de revincularlos, esa es nuestra misión fundamental», afirmó Alfonso Febrer, gerente general de la Corporación Educacional Free Way.
El retorno ha costado
Drina López es directora del Liceo Gabriela Mistral, y para ella es una preocupación constante la deserción escolar, «pues el niño que no asiste, no aprende», advierte tajante. Y explica: «está comprobado que el núcleo pedagógico es el que hace el avance: y ese núcleo es el niño, el profesor y el medio de aprendizaje. Entonces es ahí donde podemos lograr la mejora en la educación, y si el niño no está presente, difícil que podemos conseguir que eso exista».
Reconoce que a nivel del establecimiento tienen como deserción real a tres estudiantes que se retiraron y que no están inscritos en ningún colegio, «aunque sí tenemos una alta ausencia crónica cada día, ya que estamos trabajando con el 80% de asistencia y deberíamos estar por sobre el 95% ¿Respuesta de los apoderados? En el proceso de pandemia la educación se hizo a distancia y eso acomodó a muchas personas, pero el retorno es lo que nos ha costado. Hacer entender que estar presente es necesario, y que se vuelva una impronta es nuestra bandera de lucha, para que estos niños retornen a su realidad, pero también a la nuestra, porque somos una sociedad y vivimos en sociedad».
Trabajar con la familia
El abandono ha sido progresivo y va en aumento, que es lo peor: hoy casi la mitad de los alumnos que lo inician, terminan desertando.
«Hemos tomado con rigor y fuerza el planteamiento del Ministerio de Educación referente a poner el acento en cómo revinculamos a estudiantes que están matriculados en los colegios pero no están asistiendo a clases, y cómo poder tener un círculo virtuoso con esas comunidades educativas y sus familias», apuntó Ernesto Velasco, secretario general de la Corporación Gabriel González Videla.
La frase «Detrás de un niño que no va al colegio, siempre existe un problema» es una realidad que, a juicio de Velasco, se agudizó en pandemia, porque originó un dilema donde la virtualidad, a través del ámbito remoto, generó un hábito que en algunas familias, por diferentes razones, se hizo parte de un sistema que está instalado, fundamentalmente en niñas, donde a veces por cumplir labores de carácter doméstico, la ausencia hacia lo que es el colegio es muy compleja».
Explica que en el mundo rural es aún más difícil, y generalmente detrás de situaciones de ausentismo escolar, a veces deben existir denuncias que se tienen que hacer para proteger al menor.
Cómo se recupera a ese niño o niña que abandonó la escuela, es sin duda un panorama complejo, «aunque lo primero es trabajar con la familia, ya que detrás de un hogar donde a una niña se le privilegia una acción de carácter doméstico, versus el estudio, de verdad que es algo que rompe el alma, puesto que en definitiva es una niña que está condenada a la pobreza, segregación y marginalidad».
La educación hoy tiene que ver con el mercado del trabajo, «ya que cada día el mercado laboral es mucho más exigente, requiere estándares y parámetros distintos a lo que se vivía en otra época, entonces a esa niña no solo hay que recuperarla para el sistema educativo, sino también para su propia vida».
Si bien muchos han señalado que haber cerrado las escuelas en pandemia fue un error, para Velasco es un debate que tiene distintas perspectivas, «toda vez que hay quienes privilegiaron el tema sanitario y otros que tienen una mirada desde la pedagogía, diciendo que el colegio es irremplazable, y por eso que la vuelta a clases desnudó temas como la violencia, el uso de las redes sociales y el bullying».
El año pasado, en esta misma época, los colegios públicos de La Serena tenían un promedio de un 72%, «y la pregunta es dónde estaba ese porcentaje de niños que no estaba en los colegios, mientras que hoy estamos en un 82,9% y hemos mejorado, pero no podemos quedarnos en eso, sino que debemos preguntarnos qué debemos hacer como sistema para revalorizar el rol del colegio».