Y así fue, a juzgar por los primeros veinte sacos de cien kilos cada uno, que fueron siendo colocados cuidadosamente uno a uno en la tranquila playa.
Era tal el ajetreo y rostros sonrientes, que poco se conversaba. Apenas pudimos dialogar con dos o tres trabajadores mientras caminaban a la la losa, frente a al imagen de San Pedro. Aquí habian no menos de viente compradores, incluidos dos camiones de empresas dle rubro.
«El fondo marino sigue igual, hemos salvado todo. Podemos seguir trabajando gracias a dios y a San Pedro», comenta como hablando a si mismo un mariscador de traje amarillo y herramentas en a mano ( Francisco).
Consecuentemente, «machas abemus».
Por otro lado, ayer tambien se vio venta de pescado en el sector caleta de Coquimbo.
Se trata de jureles traidos del sector Guanaqueros, y reinteta dle sur.Los jureles eran ofertas en dos mil pesos los quince filetes; mientras que la reintea a die zmil pesos cuator o cinco filetes, claramente mucho más caro que antes de los eventos del 16s.
