Carolina De Moras fue una buena debutante festivalera. Sobre el escenario derrochó simpatía y Eva Gómez sufrió el doble de chascarros que ella. Sin embargo, hubo dos cosas que no la acompañaron: El vestido de la diseñadora chilena Karyn Coo y el descuido de salir a escena con un pinche –o pinza- al costado derecho de su peinado que su estilist olvidó quitar.
El “affaire del pinche” fue ampliamente analizado y hubo una ola de comentarios en las redes sociales. Pero con el tema del vestido fue diferente. Los opinólogos hicieron un festín y hasta la joven diseñadora Karyn Coo, autora del modelo, manifestó su enojo porque, supuestamente, al traje le hicieron modificaciones sin su permiso.
En Buenos Días a Todos -el mismo equipo que le hizo pasar una pesadilla durante el último tiempo que De Moras animó- volvió a hacerle bullying. La comentarista de moda Carolina Jorquera opinó: “El trabajo en la costura en este tipo de telas es exigente, es muy brillante y los brillos de alguna forma lo que hacen es denotar cosas. Es como orejitas de oso que aparecen en las caderitas, a los costados. Que viene en la parte baja del muslo”.
Jordi Castell sumó leña al fuego: “Yo creo que no debiese haberse puesto ropa interior”, dijo.
En el matinal Bienvenidos también la criticaron. La productora de desfiles Afife Docmac ahora se las da de comentarista y señaló: “Estoy un poco triste, esperábamos más”. Luego manifestó que el vestido “no hacía juicio de su esbeltez, belleza y a su tremenda figura. Es un satín de seda traído de la India, de muy buena calidad sin duda, pero que no son las telas más adecuadas para espectáculos y eso es algo que se nos ha repetido harto estoy días”.