El próximo jueves 9 de Agosto se cumplirán 76 años de tan triste y dolorosa pérdida
Don Juan Subercaseaux… siendo
niño ya quiso ser sacerdote
Juan Valdivia Tabilo Historiador e Investigador Histórico
Hijo de don Ramon Subercaseaux Vicuña y de doña Amalia Errázuriz Uurmeneta. El, hijo de don Ramón Subercaseaux Aldunate y Magdalena Vicuña. Ella, hija de Maximiano Errázuriz Valdivieso y Amalia Urmeneta Quiroga. Familias, ambas, relacionadas con el desarrollo minero del siglo XIX.
Juan nace un día 26 de Agosto de 1896, en Santiago, fue el noveno de diez hermanos. Pedro, José Luis, Francisco Javier, León, Emiliana, Carmen, Laura, (Blanca), Rosario , María Elizabeth.
Juan fue criado en una familia profundamente católica. Su madre Amalia es fiel testimonio en su vida y obra en su relación con Dios. Toda la familia cristiana, era su forma de vida, con valores de sencillez, caridad, entrega, fe y esperanza. Su bisabuela Rosario Valdivieso Zañartu, a quién Juan no alcanzó a conocer, era de efectuar misa todos los días y comulgar cada noche. Su tío bisabuelo era don Crescente Errázuriz Valdivieso- Arzobispo de Santiago, Honoria y Pelagia eran de la Congregación de Las Carmelitas en Santiago. Su hermano Pedro, casado con Elvira Lyon Otaegui, hacen de su vida una muestra de amor superior y toman la decisión de separarse y él se convierte en Fray Benedictino y ella se interna en un convento religioso en Europa. Es decir, en su hogar se vivía y se respiraba una fe cristiana católica muy profunda.
Juan cursó sus estudios en el Colegio San Ignacio, para posteriormente, pasar al Seminario Mayor. Pero, cuando toma la decisión se produce a la edad de 8 años, en la Chacra Subercaseaux, en el paradero 6 de la Gran Avenida, en Santiago. En un rincón de la capilla familiar, en conversación con su madre Amalia, que tenía intenciones de matricularlo en el Instituto Nacional donde había estudiado su abuelo Maximiano y también su padre Ramón, él le manifiesta que se sentiría más a gusto estudiar en el Seminario y seguir sacerdocio y mientras se llevaba a efecto esta conversación, aparece de visita en casa el sacerdote Miguel León Prado, amigo de la familia, quien es consultado y acoge la petición favorablemente y se ofrece para ser su apoderado. Al poco tiempo Juan ya estaba en el Seminario y su madre y padre viajan a Europa, a cumplir con las labores de diplomático en representación de Chile. Es ordenado sacerdote el día 3 de abril de 1920 y posteriormente continúa sus estudios de Teología y Filosofía en la Pontificia Universal Gregoriana y en el Pontificio colegio ProLatinoamericano y en el Pontificia Académica Esclesiástica en Roma, Italia, obteniendo el Doctorado en Filosofía y Teología. El 23 de Abril de 1935, es nombrado Obispo de Linares, el mismo mes recibe la Ordenación y en mayo del mismo año es instalado en propiedad como Obispo en Linares.
Por su labor, entre tantos reconocimientos, destaca la Orden de la Corona de Italia. En Linares, aún se le recuerda. Apenas llegó a LinaresJuan Subercaseaux Errázuriz, su misión fue reemprender las labores que había empezado el padre Miguel, a quien le unía un especial afecto y cariño y junto a su hermano Pedro a los arquitectos Carlos Bresciani y Jorge del Campo Rivera, hicieron los planos de la nueva Catedral…
Educado en Roma, quiso asociar la nueva Iglesia con la Basílica de San Ambrosio de Milán. La torre sería una remembranza del campanil de aquella joya arquitectónica del norte de Italia. En 1936 se comienzan a acelerar la construcción de los cimientos y el Padre Juan bendice los tijerales un 8 de mayo.. Después de viajar por Estados Unidos y Europa, en busca de recursos, consigue valiosos aportes y consagra la Capilla del Recuerdo ubicada bajo el altar mayor e inaugura el sepulcro al Primer Obispo Miguel León Prado.
De Linares fue trasladado a La Serenas. Apenas asumida su responsabilidad en 1940, es acogido con mucho afecto y cariño por los fieles.
El 31 de Agosto de 1941, funda en Ovalle un colegio que lleva hasta el día de hoy el nombre de su madre Liceo Amalia Errázuriz Urmeneta.
Mucho podemos contar de su labor evangelizadora, pero nos detendremos al día fatal, aquel domingo 9 de Agosto de 1942.
Diario «El Regional» de la época, titula el día 10: « LA IGLESIA ESTÁ DE DUELO. HA MUERTO EL ARZOBISPO SUBERCASEAUX », y continúa: «El Ilustre prelado falleció ayer a consecuencia de las graves heridas recibidas en un accidente automovilístico. Un Gran Pastor de las almas. Ha caído en pleno ejercicio de su santa misión. Recorría ayer los villorrios al igual que Jesús en los tiempos antiguos, el Ilustrísimo y Reverendo Sr. Arzobispo de la Arquidiócesis de La Serena, don Juan Subercaseaux Errázuriz, cuando recibió el zarpazo traidor de la guadaña de la inexorable muerte».
Y sigue la nota: «Su vida dedicada desde niño a la religión lo hizo escalar muy pronto a uno de los grandes peldaños de la jerarquía esclesiástica, llegando a suceder al actual Arzobispo de Santiago don José María Caro en la ciudad».
«Su vida fue así plenamente dedicada a Dios, en cuyos servicios los siguió hasta su muerte»… «El Supremo Hacedor, que en un tiempo no lejano, iluminó su vida con el rayo de luz que lo hizo abrazar la carrera religiosa, hoy lo ha llamado a su lado»…. »En estos tiempos de incomprensiones y desesperanzas, su palabra era un reconfortante espiritual y moral y era oída en todas las esferas»…
«Era de voz clara y vibrante y esa voz repercutía en los oídos de los feligreses y enmudecía en un eterno silencio»…. «La Iglesia chilena perdía a uno de sus más grandes valores y ante esta triste pérdida, nos inclinamos el recuerdo del Ilustre extinto y elevamos al Señor la plegaria de nuestra adhesión»…
¿Cómo ocurrió su muerte?
«En la tarde de ayer domingo 9 de Agosto, regresaba en un camión, cuando frente a la mina Villarrica, aproximadamente a 10 kilómetros de Condoriaco, sufrió un serio accidente debido a que fallaron los frenos y se precipitó en un barranco de muchos metros de altura.
El sacerdote dominicano Pedro Latorre sufre contusiones menores, no así tres niños que recibieron contusiones menores debido a que saltaron hacia el lado opuesto del barranco»….
«Impuesto del grave accidente Carabineros y personal de faenas mineras del lugar prestaron los primeros auxilios, siendo todo inútil, pues el padre Juan falleció 45 minutos después»…
El solo anunciar de su muerte dio lugar a visibles sentimientos de dolor, la Empresa de Ferrocarriles dispuso de viajes especiales y del traslado del féretro…
Como recordatorio debemos agregar que el Vicario don José Gabriel Cortés, presintió el accidente y en repetidas ocasiones le solicitó que no viajara. El Arzobispo Juan solo le contestó que su muerte podría producirse en cualquier momento y que habría que estar preparado y antes de partir, sin embargo, pidió al Vicario, le mostrase el lugar en que quedaría sepultado en la Catedral, en caso de morir.. Como podrá verse de esta simple conversación y los presagios del Vicario nadie habría de pensar que iba hacerse realidad.