Asumió la dirección del Hospital de La Serena en enero de este año, cuando la región estaba aún sin el virus. Pero en marzo todo cambió. Cinco meses de pandemia y un arduo trabajo para la directora del recinto, la cirujana infantil Celia Moreno Chamorro.
Llegó sin pandemia, pero de a poco tuvo que hacerse cargo «de este tremendo cambio que ha significado a nivel mundial», cuenta a través del teléfono.
«Es un tremendo desafío y estoy muy contenta de poder enfrentarlo», dijo a su llegada. Y vaya qué desafío ha tenido que enfrentar esta profesional con más de 30 años de trayectoria.
«Primero porque es una patología que era desconocida, pero que afortunadamente nosotros desde el inicio, en el mes de marzo, comenzamos a tomar las medidas, y por eso no nos ha pillado desprevenidos. Claro, en este minuto el hospital se ha visto tensionado, pero hemos podido dar respuesta a la comunidad», sostuvo la también especialista en el tratamiento de pacientes quemados.
¿Cómo es eso de que el hospital se ha visto tensionado?
«Debido a la cantidad de pacientes que debemos atender de manera permanente, ya que todos los días llegan muchas personas a consultar. Todos los días tenemos hospitalizaciones, tenemos pacientes graves y hemos llegado a números elevados, como por ejemplo tener 108 pacientes en hospitalización domiciliaria con coronavirus, estando nuestro equipo preparado solamente para atender a 88. Entonces sobrecargamos a nuestro personal y por eso estamos tensionados, pero damos respuesta, y por eso hay que felicitar al personal por el trabajo realizado».
¿Están al límite de sus capacidades como hospital?
«La verdad es que nos fuimos preparando durante todo este tiempo, porque vimos desde el inicio que íbamos como tres semanas detrás de lo que ocurría en Santiago, y justamente por eso fuimos aprendiendo de lo que allá sucedía. Y eso nos permitió complejizar las camas y preparar el personal, por lo que hemos estado en mejores condiciones que Santiago para recibir a nuestros enfermos. Allá están saliendo y, por lo mismo, en este minuto tenemos la posibilidad de trasladar a nuestros enfermos hasta la capital en caso de vernos copados. Tenemos una buena red, el ministerio se ha preocupado mucho de que la red funcione, y en caso de vernos apurados podemos mandar pacientes a Santiago no esperando estar nosotros copados, sino que antes, y así tener siempre un cupo para nuestros enfermos».
¿Cree que esta pandemia pueda marcar un antes y un después en la salud pública?
«Claro, ya que hemos podido ver un funcionamiento de la red desde Arica hasta Punta Arenas, y también la integración de la atención privada de salud, puesto que nunca antes se había trabajado con las clínicas, como por ejemplo que un paciente de Isapre o Fonasa fuera atendido como corresponde sin hacer distingo. Esa unión que se logró ha sido muy importante».
¿Cómo hospital, cuál ha sido el punto más álgido de la pandemia?
«Yo diría que todavía no lo alcanzamos, y es porque todavía tenemos un alto número de pacientes contagiados circulando. En este minuto de cuarentena ojalá que la gente la respete y trate de salir lo menos posible, que se mantenga en sus casas y que mantenga las medidas de seguridad, del autocuidado, para de esta manera volver al desconfinamiento, porque de lo contrario, y con el alto número de positivos, vamos a seguir en cuarentena hasta el próximo mes. ¿Y sabe? Lo veo a diario, pues cuando me vengo al hospital la cantidad de personas que anda en la carretera es impresionante, como un día normal. La gente sale, los supermercados están llenos, hasta la semana pasada había gente en el Mall. Y es ahí donde la gente se contagia, no dentro del hospital, que es más seguro que la calle en este minuto. La gente afuera, al no tener síntomas, cree que está todo bien y descuida un poco las medidas de seguridad y de esa manera te contagias».
¿En caso de no bajar los contagiados se puede dar que la gente se esté muriendo sin poder entregarles atención?
«No, porque siempre el paciente tendrá la atención que necesita, y por eso recalcamos que tenemos todo el apoyo del ministerio para el traslado de pacientes no en un minuto crítico, sino que en forma preventiva. Se nos ha dicho que mantengamos siempre un número de cupos de camas intensivos disponibles para el paciente que lo requiera y, por lo tanto, de manera preventiva hemos trasladado pacientes a Santiago para no llegar a este punto. De hecho, en Santiago ya hay 600 ventiladores disponibles, hay cupos en UCI disponibles y ellos se ofrecen a recibir a los pacientes desde regiones».
¿Se ve esa lucecita al final del túnel?
«No todavía, pero nosotros esperamos que la población nos coopere para que la podamos ver muy pronto».