Presidenta regional del PDG valoró que los votos de sus militantes no se fueran para ninguno de los dos candidatos tras el balotaje del domingo, que dio por vencedor a Gabriel Boric. «El foco nuestro no se pierde, puesto que el partido es centro, neutro, independiente, regionalista y autofinanciado. Basta de negociaciones».
El Partido de la Gente logró 900 mil votos en la primera vuelta del 19 de noviembre. Previo al balotaje de este domingo, Franco Parisi entregaba su público respaldo al candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, junto con los resultados de una consulta virtual interna en la que preguntaron a sus militantes qué decisiones tomar de cara a las elecciones del domingo.
Y aunque uno de sus voceros dijo que se mantendrán neutros para «fortalecer» su bancada parlamentaria, en horas previas se instalaba la duda respecto a cuántos de esos votos pasarían al candidato de la ultraderecha.
Al final el ganador fue Gabriel Boric, elegido con la mayor cantidad de votos de la historia (4,6 millones) y en la elección con mayor participación desde el regreso a la democracia (55,5% del padrón electoral, con 8,3 millones de votantes).
¿Qué pasó en el camino?
«Los votos no se traspasan. El Partido de La Gente no se vende, no negocia, siempre lo hemos dicho y seremos súper tajantes en eso desde el día uno y no ha cambiado», señala Eileen Urquieta, presidenta regional del Partido de la Gente.
Agrega que «el partido deja pensar a la gente, no direcciona. El Partido de la Gente hace encuesta para todo, porque así nacimos y esa es la gran fortuna que tenemos: la democracia digital, que es la que queremos que los diputados electos de nuestro partido la hagan carne y ley en el Congreso. Es tiempo de que se le pregunte a la ciudadanía qué es lo que quiere».
Si bien los resultados dejaron en claro para dónde se fueron los votos, Urquieta afirma que «no hay ninguna negociación, ningún documento firmado, ningún acuerdo, porque eso es de la vieja política. El Partido de la Gente no se ha juntado con nadie, no se sentó con nadie. Al contrario, invitó a ambas candidaturas a que ellos pudieran dialogar con la ciudadanía y con la participación de los militantes del partido para poder escuchar, ya que los medios tradicionales no dejan escuchar las propuestas».
A juicio de Eileen, «este es un reality del que nosotros estamos cansados, y espero que la ciudadanía igual, dado que al final uno no escucha ninguna idea, no escucha las propuestas, que es lo que importa. No me interesan los dimes y diretes de las personas, porque me cansé hace muchos años de los reality, y espero que no regresen, porque lo único que hacen es dañar y hacer que el conocimiento baje de nivel y lo que quiere el Partido de la Gente es gente educada, que conozca la Constitución, que conozca la ley de los partidos, para que ellos tengan el poder de ir a las municipalidades, por ejemplo, y encarar a los concejales o a los alcaldes, o a los gobernadores, con argumentos…».
Respecto al rol que tendrán a contar del 11 de marzo, fue clara: «No seremos oposición, pues somos propositivos. Somos un partido de la gente, y cuál es el principal punto: ayudarlos, apoyarlos y educarlos, y por eso ya estamos en las capacitaciones, incluido nosotros, porque siempre hay algo que aprender. Lo que enriquece al ser humano es la educación y eso es lo que le falta a Chile. Y si logramos eso, seguro habremos ganado mucho, porque ese es nuestro pilar fundamental».
Respecto al trabajo que esperan desarrollar en la región de Coquimbo, sostuvo que lo primero será «levantar a los círculos de delegados, empoderar esas células para que podamos posteriormente tener alcaldía y concejales. Este trabajo no se detiene, no tenemos ningún neutro ni freno de mano, sino que vamos acelerados, porque eso es lo que queremos y lo que nos planteamos desde el primer día. Imagínate que en sólo cinco meses tenemos bancada en la Cámara Baja -6 diputados- y a eso súmale 22 cores. Y ataques vamos a tener, pero es la esencia del chileno. Sin embargo, seguiremos trabajando, porque cuando se trabaja de buena fe lo único que se viene son bendiciones y eso lo sabe cualquier persona, no importando el color. Cuando obras en buena fe y por el bien común, lo único que recibes son buenas noticias, y por eso estamos tan tranquilos como partido».