Efraín Reeve Barria (19) es conocido por su nombre artístico como «El Menor».
El joven coquimbano es un cantante urbano y uno de los raperos improvisadores más importantes del mundo. El año 2017 fue grabado con un celular mientras cantaba en una micro hacia La Serena y rápidamente se hizo viral por Chile entero a través de redes sociales debido a su notable talento con las palabras. «No me acuerdo cuando exploté tanto, me imagino que este es un don que fui puliendo con el tiempo, nada es gratis en esta vida». Hoy vive en Santiago y se codea con sellos discográficos, eventos masivos y casi tiene un millón de seguidores en su cuenta de Instagram. Pero el camino no fue fácil, de niño vivió en centros del Sename en Las Compañías y cometió errores ligados a la delincuencia. Lo anterior es cosa del pasado, pues en la actualidad se gana la vida con su increíble talento.
De seguro que cualquier porteño ha visto a esos grupos de jóvenes que se juntan los fines de semana en la plaza del hospital San Pablo de Coquimbo. Hacen un círculo para llevar a cabo las conocidas «batallas de gallos», donde dos personas se enfrentan con descalificaciones solo con el uso de líricas. Así es, con palabras. La idea es derrotar al oponente sin tener contacto físico, solo con el ingenio del lenguaje.
En la zona, la agrupación «Kuarta Mastría» es el evento que congrega a los muchachos amantes del rap. Esta es la cuna de «El Menor», instancia donde con solo 15 años se ganó el respeto de los improvisadores más avezados de la conurbación. Comenzó a hacerse un nombre en su tierra natal con registros que tenían miles de visitas en Youtube, algo poco común en la ciudad.
Con el paso del tiempo, Coquimbo le quedó chico y comenzó a costearse pasajes a la capital para competir en eventos en el Parque Bustamante, donde llegan los mejores exponentes del país. En su primera aventura llegó a semifinales del torneo, dejando a los santiaguinos con la boca abierta debido a su corta edad.
Eso fue a mediados del 2018, y de ahí en más todo cambió para el «Efra». Llegaron los manager y gente que, al ver su talento, quiso de inmediato convencerlo para comenzar una carrera de artista.
Y así fue que se hizo grande. Se puso «El menor» porque era el más chico de las competencias. Pero, hoy ya con 19 años, no quiere perder la identidad que lo hizo famoso.
«Por eso vengo directo de la Cuarta Región, y la verdad que yo soñaba con ser un ladrón y por eso para muchos soy ejemplo de superación. Antes robaba ahora viajo en avión. Antes robaba ropa y ahora la recibo por promoción».
Esa rima la soltó en un evento en el Teatro Caupolicán ante 15 mil personas. El pasar de competencias callejeras, como la DEM Battles, a ligas de élite mundial como lo es el formato de FMS (donde se juntan raperos de Argentina, Perú, México y España) no le fue difícil. De hecho, se ganó el apodo del «heredero al trono», frase que hacía referencia a que el coquimbano tomaría la posta del mexicano «Aczino», quién es considerado el mejor freestayler de todos los tiempos.
No obstante, este joven ha sabido remar contra las adversidades. Viene de una infancia llena de carencias que las fue superando de manera notable. Vivió el abandono, cometió robos, de los que asegura arrepentirse. En ese contexto fue a parar en distintos hogares del Sename. Una tía lejana de Temuco lo rescató y se lo llevó a vivir al sur con el objetivo de cambiar su vida para siempre.
¿Cómo fue esa infancia dura que lo tocó vivir, y que de la noche a la mañana la gente le pida fotos en las calles?
No fue de la noche a la mañana. Fue todo un proceso, el cual miro hacia atrás y me siento orgulloso de lo hecho. No me pongo límites, siempre digo que esto recién comienza. El haber estado en hogares del Sename te abre otra perspectiva de mirar la vida, te hace ser más duro y frío en la toma de decisiones. Fue un aprendizaje que gracias a Dios pude superar para empezar prácticamente de cero mi vida, con otra mente. El cariño de la gente me llena el corazón, trato de ser gentil con todos y sacarme fotos con todos. Por lo mismo es que decidí hacer un giro de 360 grados en mi vida, ya que hoy me siguen niños que me ven como un referente y no les puedo fallar con malos ejemplos.
¿Cual es tu reflexión de lo que hace el Sename en el país?
Agradezco que nunca fui adoptado por alguna familia, ya que considero que muchas veces el sistema funciona como un tráfico de niños. Viene una familia con plata y te lleva, así como si nada. Esta respuesta es algo sumamente personal, pues hay quienes valoran esos hogares. Pero yo, que estuve metido dentro, puedo contarte la verdad y no es grato compañero. Todos los días valoro que haya aparecido una tía que me haya salvado. Cometí muchos errores siendo un menor de 14 años y ser imputado fue doloroso, creo haber aprendido la lección.
Saliste adelante, pero no todos lo logran…
Claro, no todos pueden contarla y eso me entristece. Quizás debería aconsejar a todos los jóvenes a que sigan una carrera universitaria y saquen ese cartón que tanto se exige en las familias chilenas. Pero hoy existen otras instancias para salir adelante, hay muchas formas de superarse, estudiando, haciendo deporte, pero siempre con disciplina. A los que no le gusta estudiar, practiquen deporte, exíjanse al máximo, o canten, hoy se abrieron muchas puertas en la música para la gente de población, siempre se puede.
La conurbación La Serena- Coquimbo se llenó de talentos…
Estamos siendo reconocidos los artistas regionales provenientes de lugares lejanos que nunca habían sonado. Acá está el Drefquila, el Cris Mj, el Tunechikidd, el Nicko Og, artistas que hicieron su camino propio en la música. Lo mío es el freestayle y voy con todo este año, pero el hacer música también me seduce, voy a seguir en ambos géneros.
Se puso la camiseta de Coquimbo Unido en España…
El Farfán me mandó su polera y estoy agradecido de su gesto. Feliz de representar a la ciudad con los colores aurinegros y de llevar el nombre de Coquimbo por el mundo.
