NO ESTABA MUERTO ni andaba de parranda ( según la cumbia). Los hombres, el ser humano, lo habían manipulado casi borrándolo del mapa. Lo secaron. Primero con el tranque Puclaro que cortó el caudal mayor y posteriormente con la intervención de inescrupulosos que le sacaban a trozos paños de arena y ripio sin ninguna planificación dejándolo lleno de hoyos.
A ello debemos sumar la larga sequía que nos tenía a todos angustiados.
Pero algo quedaba del viejo río que ha acompañado desde siempre a La Serena y su entorno. En las recientes lluvias renació y con fuerza.
«De no haber sido por un caballero que dijo llamarse Luis González, de la Municipalidad de La Serena, que vino el día lunes a decirnos que nos cambiáramos, que cuidáramos los remedios y los animales, que estuviéramos atentos a una crecida… no estaríamos hablando con ustedes», nos dice don Pedro Olicars que junto a su familia vivían en un ruco que resultó inundado.
Como ellos varias familias que habitaban en la ribera del río se salvaron de una grande.
En tanto, el río ha vuelto a verse hermoso con agua, pidiendo a gritos que se hagan trabajos de encausamiento de las eventuales crecidas.
Ya es tiempo que las autoridades decidan qué hacer con esa zona de La Serena que se une con Las Compañías.
Ahí hay un proyecto inmobiliario para construir dos mil departamentos en el sector Justo Donoso o Vicente Zorrilla al oriente, casi a la misma altura del río. ¿Se habrá considerado este aspecto de una posible crecida?, ¿Cuál fue el nivel calculado?.
