La Serena tiene 88,7 mm de agua caída, con un 48% de superávit, Ovalle 131 mm con un 96% de superávit o Huintil, al interior de Illapel, con 173 mm de agua caída a la fecha, con un superávit de un 43%, por citar algunos ejemplos de las tres provincias de la región.
Previo a los dos últimos sistemas frontales, los embalses de la región contaban con un 14% de reservas, incluso algunos marcaban un cero por ciento, ahora el indicador subió a 15%, pero desde el MOP estiman que el impacto recién se podrá cuantificar a fines de agosto, con los deshielos.
Javier Sandoval, seremi del MOP, comenta que «según información recopilada por la DGA, tenemos cifras positivas con respecto del agua caída; tenemos superávit de precipitaciones en la mayor parte de la región con respecto de un año normal a la misma fecha».
«También tenemos índices positivos en la cantidad de nieve en nuestra cordillera, impacto que recién podremos cuantificar en la temporada de deshielos que comienza a fines del mes de agosto y cuyo análisis nos permitirá proyectar de mejor manera la temporada 2022-2023», explica.
En cuanto al estado de los embalses, alcanzan un 15% de acumulación, cerca de 191 millones de m3 de un total de 1304 millones, que es el total de capacidad que tiene nuestra región.
«Si bien las cifras son alentadoras para proyectar lo que queda de este año en materia hídrica, no debemos olvidar que seguimos en medio de una larga megasequía de más de 10 años, con embalses como Corrales, Cogotí o El Bato con índices bajo el 10% de acumulación de agua, por ello es fundamental que sigamos trabajando correctamente, donde todos cooperemos con una mejor gestión y distribución del recurso hídrico que tenemos disponible», señala el seremi del MOP.
Agrega que «lo que nos va a permitir principalmente asegurar el agua para beber, especialmente en sectores rurales de la región y los distintos servicios sanitarios rurales (APrs), que han sido los más complicados en los últimos años por la escasez hídrica».
Hernán Ahumada, alcalde de Paihuano, aún emocionado tras el paso del sistema frontal, comenta que «me atrevería a decir que hace casi 20 años que no caía nieve en toda la comuna, esto es desde la localidad de Tres Cruces, en el límite con Vicuña, hasta la precordillera, como Alcohuaz o Cochiguaz, con una importante cantidad de nieve».
«Por un lado estamos contentos, porque nuestros agricultores y crianceros van a tener agua para que en septiembre y octubre haya pasto en la cordillera para los animales, y eso no se veía hace mucho tiempo», dice.
Eso sí, señala que hay un lado negativo de este temporal, y fue la deficiente calidad del servicio de la empresa CGE, «hubo bastantes cortes, algunos durante muchas horas, que complicaron a los vecinos».
«Después que pasó el temporal hubo una cantidad impresionante de turistas que querían llegar a la nieve, y por lo tanto se había tomado la decisión de cerrar el acceso a la comuna, porque los equipos de emergencia, tanto de la municipalidad como Carabineros y Bomberos, durante el primer día la mayoría de las emergencias que tuvieron se relacionaron con sacar vehículos de turistas que se resbalaban con el hielo, se salían de la ruta», señala.
Añade que «nuestros equipos están preparados para atender las necesidades de nuestros vecinos, no para andar sacando turistas que de forma irresponsable llegan hacia algunos puntos de la comuna, fue por eso que se decidió cerrar el acceso, y además para dejar que la maquinaria municipal se pudiera desplazar de un lugar a otro sacando la nieve».
El edil dio a conocer que desde este lunes el tránsito quedó habilitado, «sacamos este cierre que era básicamente por el fin de semana, porque habían filas de hasta 60 vehículos con gente que quería venir a ver la nieve… Entendemos que había gente que quería hacer turismo con nieve, pero, por otro lado, debemos preocuparnos que estén las óptimas condiciones para evitar inconvenientes».