La educadora de Párvulos Jocelin Plaza fue mordida por una araña de rincón en el Colegio Juan Pablo II, donde no se habia hecho la correspondiente fumigación para el regreso a clases. Ella sigue delicada de salud después de haber sido atendida en la Mutual.
Es un ejemplo de muchos otros hechos que estarían afectando el normal funcionamiento de las clases de manera presencial en colegios públicos de Coquimbo.
Desde diversas fuentes de cada colegio afectado nos hablan de problemas. Guardan la identidad porque temen ser despedidos por el sostenedor, Puerto Cordillera.
Solo el presidente del Colegio de Profesores Coquimbo-Andacollo habla de cara a la prensa, para reafirmar lo que ya han dicho otros colegas: falta de mantención y falta de fumigación.
Alumnos que han tenido que comer sentados en el piso por falta de comedores y otros sufriendo carencias, como el caso de la Escuela Alberto Hurtado del sector Parte Alta, donde existirían instalaciones completamente oxidadas a punto de ceder. Falta de aseo y de procesos de sanitización son otros puntos que ponen sobre la mesa.
En el Padre Alberto Hurtado, de calle Billamar, aun hay sillas amontonadas rodeadas de ramas de árboles y desechos que se fueron acumulando en este tiempo sin clases presenciales por pandemia. Al caminar por el pasillo del primer piso se observa que la ventana del grifo de emergencia está vacía, sin protección, un basurero tirado en mal estado, y suma y sigue.
Lo más preocupante es que una de las escaleras metálicas que sube al segundo piso de la escuela pareciera estar lista para que un viento fuerte la eche abajo.
«Hay varios casos donde se ha perseguido a todo aquel que denuncie estas cosas, pero lo cierto es que no da para más, simplemente no están las condiciones», dice una persona.
La administración del establecimiento puso una barrera de cinta, advirtiendo que la escalera no está apta para transitar. Según lo señalado por los maestros, el tiempo ha pasado y todavía no hay acciones concretas de reparación. Y aunque está prohibido el acceso de estudiantes al sector, una escuela con niños debería tratar de evitar cualquier accidente. No basta con una cinta.
«Lamentablemente lo que está pasando en ese colegio se replica en varios otros establecimientos de la comuna de Coquimbo. No obstante, los profesores no están haciendo las denuncias como corresponde debido a la presión que establece Puerto Cordillera con eventuales despidos, y eso es triste, que los profesores tengamos que callar por miedo a perder el empleo», señaló Tomás Alvarado, presidente del Colegio de Profesores Coquimbo-Andacollo.
Alvarado recibió antecedentes de las malas condiciones que estarían en el recinto de la Parte Alta. «Es evidente que el lugar no está limpio y los procesos de sanitización están al debe. El tener una escalera a punto de irse al suelo es un riesgo que pareciera no estar tomando en cuenta el Servicio local de educación».
La higiene es la arista más problemática. Puerto Cordillera se encuentra licitando procesos de fumigación. El problema, dicen los profes, es que «las clases comenzaron ya hace dos semanas».
«No hay comparación con la vuelta a clases que tienen los colegios particulares pagados, la diferencia es grande entre los recintos que no pueden afrontar la pandemia debido a la falta de recursos que entrega el Ministerio. La carga se va a los padres, quienes están obligados a tener recambio de mascarillas y más encima sufriendo sus propias penurias».
Tras el caso de la educadora mordida por una araña, el colegio hizo la fumigación pero los docentes aseguran que el daño ya está hecho. «La profesora está en malas condiciones, incluso con problemas en los riñones por la picadura».
En colegios como el Guillermo Cereceda o el Diego Portales, los alumnos hacen clases en medio de obras de mejoras en el recinto, con todo que eso significa. La escuela Álvaro Gómez Silva sufre por la limpieza, aseguran.
Durante la jornada del jueves, integrantes del Colegio de Profesores se reunieron para tocar este y otros temas. «El delegado del Alberto Hurtado no pudo asistir por miedo a ser involucrado con el gremio de los profesores y una presunta represalia de despido».
«Como colegio condenamos todo lo que está pasando en la interna de los recintos, y destacamos la lucha titánica de los profesores por llevar de buena manera este retorno a clases sin recursos suficientes».
El nombramiento de Cecilia Ramírez, como la nueva seremi de gobierno en la administración del presidente Gabriel Boric, sería la esperanza del gremio para restablecer las confianzas. «No la conozco, sé que trabajó para el Puerto Cordillera, solo felicitarla y esperar que nos ayude en este conflicto permanente que tenemos los profesores de Coquimbo».
La nueva seremi de Educación es educadora diferencial con mención en Dificultades Específicas de Aprendizaje. Ha ejercido la docencia en el ámbito público en instituciones superiores de educación, colegios municipales y del Servicio Local de Educación Pública. Tiene experiencia en liderazgo y gestión educacional, con enfoque en inclusión social y el ejercicio de Derechos Humanos.