Tras su nombramiento por parte del Papa Francisco, el 13 de diciembre de 2013 para la Arquidiósesis de La Serena, monseñor René Rebolledo Saavedra conversa con La Región justo cuando estamos viviendo la Semana Santa.
¿Cómo ha sido esta etapa como Arzobispo?
Ha sido una etapa muy intensa. Por una parte, me he dedicado a conocer la Arquidiócesis, los sacerdotes, las religiosas, los diáconos, el seminario, todas las parroquias y cerca de 200 de las aproximadamente 500 comunidades, todas ellas pueblos al interior de los valles. Por otra parte, he tenido que establecer un contacto con las autoridades, instituciones diversas, entre ellas la Universidad Católica del Norte sede Coquimbo, los santuarios de la Arquidiócesis, instituciones eclesiales y civiles….
Igualmente ha sido importante impregnarme de la marcha pastoral de esta Arquidiócesis, sus estructuras, el Arzobispado, su historia, en fin, tantos otros aspectos relevantes y fundamentales para ejercer lo mejor que se pueda la misión que me encomendara el Papa Francisco”.
¿Cuáles son a su juicio las fortalezas y debilidades de los fieles locales?
En diversos aspectos llama la atención positivamente la Iglesia en La Serena. Contemplando la historia observo un maravilloso pasado de fe, reflejado en sus hermosos templos, comunidades eclesiales vivas y muy buena organización. D
esde mi llegada me ha impresionado fuertemente la vida de nuestros dos grandes santuarios, Nuestra Señora del Rosario de Andacollo y el Niño Dios de Sotaquí. En las comunidades se percibe adhesión de fe profunda a Jesucristo, confianza en la Santísima Virgen María, a quien se expresa profundos sentimientos de gratitud, como también participación activa en la vida eclesial. En cuanto a los desafíos estimo que debemos trabajar aún más fuertemente nuestras actuales Orientaciones Pastorales Arquidiocesanas, tituladas “Una Iglesia agradecida, convocada a escuchar, anunciar y servir”, las que he promulgado el año 2015 y que tienen validez hasta el año 2022. En ellas se nos invita a contemplar cuatro campos prioritarios a acentuar en todas nuestras instancias pastorales: Familia, Migrantes, Medio Ambiente y Vocaciones. Estimo, de gran importancia igualmente asumir una pastoral vocacional más incisiva confiando en la corresponsabilidad de todo el pueblo de Dios. Por ello, he escrito una carta motivacional titulada “Carta Pastoral sobre las vocaciones sacerdotales al pueblo de Dios que peregrina en los Valles Elqui y Limarí”.
¿Cuáles han sido los principales temas tratados en sus cartas pastorales?
“Hemos trabajado y discernido con el personal consagrado y representantes del laicado de toda la Arquidiócesis, las Orientaciones Pastorales Arquidiocesanas 2015-2022 tituladas “Una Iglesia agradecida, convocada a escuchar, anunciar y servir”, como también la “Carta Pastoral sobre las vocaciones sacerdotales al pueblo de Dios que peregrina en los Valles Elqui y Limarí”. La acentua
ción de mi ministerio en la Arquidiócesis quiere ser, en los escritos, palabras y opciones, eminentemente pastoral. En efecto, el Santo Padre Francisco nos está invitando con mucha insistencia a que seamos una Iglesia en salida. Entre otros, ello significa salir al encuentro de las personas, procurar llegar con la palabra y el anuncio del Evangelio a nuestros contemporáneos allí donde ellos se encuentren, en el seno de sus hogares, en sus lugares de trabajo, de encuentro, entre otros”.
¿Cómo deberíamos vivir la Semana Santa?
“Procurando acompañar al Señor. Estos días se denominan Semana Santa porque al centro está Cristo y su misterio de pasión, muerte y resurrección, que son también los misterios más grandes de nuestra fe. Estar con el Señor, contemplar su amor por nosotros, manifestarle gratitud. Por otra parte, unirnos en oración por los hermanos que sufren, corporal o espiritualmente, en sus hogares, en los centros de salud, en centros penitenciarios, etc. Que sea, como su nombre lo indica, una verdadera Semana Santa”.
¿Cuáles son los lugares a los que deberíamos ir en estos días: iglesias, la Cruz del Tercer Milenio u otro?
“La convocatoria es que en familia pudiéramos acudir a la celebración de los misterios de Semana Santa en nuestras respectivas comunidades. A mí me corresponde vivirlos junto con los fieles que se convocan semanalmente en la Catedral”.
¿La iglesia está en una fuerte crisis, ha sido cuestionada desde el punto de vista moral, existe la posibilidad de que esto se resuelva?
“La Iglesia es la comunidad de los bautizados en Cristo. Pertenecen a ella, por tanto, los fieles y la jerarquía. Debemos contar con que en su peregrinar está la posibilidad lamentablemente tanto de que los fieles pudieren fallarle al Señor, como también miembros de la jerarquía. Así ha sido en la vida de los Apóstoles e igualmente en la vida de la Iglesia a lo largo de los siglos. Lo importante es reconocer los errores, también las fallas y volver el corazón al Señor. El camino de acercamiento al Señor contempla precisamente el reconocimiento del pecado, la conversión y el retorno al Señor”.
¿Cuál es su opinión frente a la legalización del aborto?
“Hemos intensificado la oración los últimos meses por nuestros legisladores en todas nuestras comunidades, nos hemos manifestado públicamente a favor de la vida. He invitado a todos a ser personas agradecidas de Dios por nuestra propia vida, la
de nuestros familiares y amigos. Vuelvo a reiterar el llamado que hiciera hace algunos meses: colaboremos todos en forjar una cultura que posibilite una respuesta a los anhelos más hondos de nuestro corazón, cual es, entender la propia vida y la de los demás, como un misterio y un precioso don del Señor. Convoco a mis hermanos sacerdotes, diáconos permanentes, agentes de pastoral de la Arquidiócesis a que sigamos aportando a nuestra Patria, con humildad y serenidad, un servicio generoso saliendo al encuentro de nuestros hermanos, reconociendo su dignidad de hijas e hijos de Dios, su vida e historia, sus grandes sueños y más hermosos anhelos. Quiera el Señor que nadie atente contra la vida, desde su concepción hasta su término natural”.
¿Qué mensaje le entregaría usted a la región en esta fecha tan especial?
“Que sigamos, en la medida de nuestras posibilidades, la convocatoria que se realiza cada año en las comunidades a mirar a Jesucristo, que camina hacia la cruz con total disponibilidad a su Padre eterno para entregar su vida por amor a nosotros. Que contemplando su rostro sufriente, agradezcamos su sacrificio. Que miremos más allá de su sufrimiento, su triunfo sobre el odio y la muerte. Que nos alegremos por su victoria sobre la muerte. ¡Jesucristo es vida!. ¡Él es la plenitud de nuestra vida
!