El fin de semana pasado una trabajadora sexual fue atacada en Avenida Aguirre, en La Serena, pero la víctima no hizo la denuncia. «Es normal que no se de aviso a Carabineros en estos tiempos, y es que cada día las chicas van normalizando más estos ataques», dice Florencia Chelme Bravo, presidenta de Fundación Así Somos, entidad que vela por la protección del mundo Trans en la región. La dirigente dice soñar con ver en el puerto a personas con diversidad sexual inmersas de lleno en el campo laboral, ya que hasta la fecha la prostitución sigue siendo la que acapara la mayor concentración entre activistas.
De pequeñas son excluidas con portazos en colegios. La mayoría llega hasta segundo básico, por lo que los años de escolaridad han sido la excusa perfecta para que privados y el Estado no las contraten.
Florencia es copiapina y tiene 48 años. Llegó cuando era una lola a Coquimbo, con un mundo muy distinto al actual. La instancia que dirige desde el 2018, también se hace cargo de padres que tienen a hijos con discapacidades. De hecho, ella misma adoptó a una pequeña que presenta capacidades diferentes.
HISTORIA DE SUPERACIÓN
«Pude salir del comercio sexual gracias a que en la escuela de mi hija una profesora me ayudó en la gobernación para poder obtener un cupo laboral en el municipio de Coquimbo. La docente quería que siguiera cuidando a mi hija y abandonar para siempre ese trabajo».
Hace 20 años que es funcionaria municipal. Y si bien su caso es de superación, debido a que ha sabido todos estos años mantenerse sin pausas en el edificio de calle Bilbao, también ha tenido pisoteos que evidenciarían el recurrente menoscabo que reciben los trans.
«Siempre he estado como escondida en este trabajo, como que me dejaron en un rinconcito. He sido castigada en la municipalidad con decisiones que incluso terminaron con una demanda contra el ex alcalde Marcelo Pereira. Quise seguir estudiando, prepararme con base para ser una funcionaria administrativa de nivel, pero lamentablemente no he tenido posibilidades ni apoyo en eso. Esto te lo digo a pesar que soy consciente de ser una privilegiada en comparación con las otras niñas».
Hay otra trans dentro del municipio porteño. Son casos extraños en un grupo discriminado de principio a fin. La mayoría de las activistas trabaja en la oscuridad del centro de Coquimbo. La prostitución deja delitos escabrosos como atropellos, golpizas e intentos de homicidio que la dejaron en jaque. «Sigue habiendo mucho odio en hombres que no asumen su homosexualidad y que atacan a las chicas una vez acaba el servicio. Simplemente se arrepienten de estar en el acto, y por pura morbosidad ejercen violencia desmedida contra las personas trans».
Con casi 50 años, esta líder social es parte de las mujeres históricas del mundo que presentan esta diversidad. Y es que es de las que pasó por las peores vulneraciones de derechos humanos cuando ridículamente era una ofensa en Chile ver un hombre vestido de mujer en la calle. «Nos cortaban el pelo en plena vía pública, o maltrataban por tener las uñas pintadas. Nos llevaban presas por ser como éramos»
En ese contexto cruel, analiza con optimismo la llegada de un proyecto de ley (que ingresó a finales de junio) y que tendría como novedad la inclusión laboral. «Sueño con ver a las chicas trabajando en algo que no sea el comercio sexual. Atendiendo en una amasandería, una tienda comercial, emprendiendo con talento en el centro de Coquimbo.»
PROYECTO DE LEY
La moción fue patrocinada, entre varios congresistas, por Matías Walker, diputado de la región, y tiene como finalidad concreta la dictación de normas para asegurar la inclusión laboral de personas trans en el sector público.
El proyecto de ley, titulado como «Ley Cupo Laboral Trans», busca promover la igualdad y crear oportunidades laborales para las personas trans y travestis, destinando el 1% de los cupos de empleadores en las instituciones públicas. Según la Universidad de Vic, en Barcelona, entre un 60% y un 80% de las personas trans está excluida de la formalidad laboral, siendo relegadas al trabajo sexual como fuente de vida.
«La reparación histórica es fundamental por todo los horrores sufridos, sobre todo en la época de los 90. Debemos buscar una ley que tenga como objeto el reconocimiento de esta deuda histórica con la comunidad trans, específicamente con nuestras generaciones que han padecido la exclusión social y la violación de los Derechos Humanos».
Así, realiza una serie de peticiones que abarcan las dos aristas de la fundación Así Somos. «No hay presupuesto para ayudas técnicas de Senadis. Están rechazando las pensiones de discapacidad e invalidez. No es posible que el departamento de inclusión esté en un lugar sin accesibilidad. Requerimos con urgencia se apruebe la ley de autismo y se mejore los procesos de salud tanto salud primaria, como secundaria. Se debe mejorar la ley de inclusión escolar para nuestros hijos.
El paradigma debe ser una mirada de derechos y no de caridad. Necesitamos al autismo en el Auge y contar con terapias gratuitas para nuestros hijos», finalizó Florencia.