
Alex Ovalle, Doctor en Historia, explica cómo ha evolucionado la manera en que se celebraba en la región, por cuanto hoy se hace más bien desde el recogimiento y en la vida privada
Como cada año, la televisión nacional se llena de contenidos clásicos que invitan a la reflexión, la espiritualidad o, simplemente, a revivir grandes momentos del cine religioso.
Pero el Viernes Santo no es solo Franco Zeffirelli y su eterna película de Jesús de Nazaret, encarnada en el actor Robert Powell, sino que son costumbres tradicionales relacionadas con el catolicismo, aunque muy distante de cómo se celebraba en la época de la colonia, como explica Alex Ovalle, doctor en historia y director de la escuela de pedagogía en historia y geografía de la Universidad de La Serena.
“Creo que aún se mantienen los valores cristianos y los valores católicos, aunque siempre pensando que esta es una festividad religiosa católica, con un aumento de la iglesia protestante importante”, señala.
Una festividad que en la región incluso se remonta a la época de la Colonia, “porque todos los años en esta región se celebraba fervientemente y de manera apoteósica la Semana Santa”, agrega.
Enseña que en el Siglo XVIII los cabildos nombraban oficiales para que saliera una procesión, que también había en la plaza pública, “pero después con el liberalismo eso se va perdiendo un poco, por cuanto ya en la República empieza la desacralización y las cosas se vuelven más laicas, aunque de todas maneras aún encuentro muchos vestigios de catolicismo en la sociedad serenense y en la región de Coquimbo en general”.
Si bien no existe ninguna festividad grande en comparación con Andacollo o Guayacán, que son devociones particulares y movilizan a mucha gente, “la gente está celebrando la Semana Santa de una manera más bien en el recogimiento y en la vida privada, eso es algo que yo destacaría. Claro, no se han perdido las tradiciones, pero ya no son multitudinarias, tampoco públicas…”.
En ese sentido, destaca que casi todas las costumbres religiosas se han mantenido, “aunque quizás no son tan multitudinarias como en otros lados, ni siquiera en Santiago. Estoy pensando en Perú, México y España, donde la Semana Santa todavía se sigue celebrando con gente en la calle y con procesiones grandes. Acá hoy es más íntimo”.
Más intimo
Que hoy el mundo sea más individualista, precisamente hace que incluso estas celebraciones sean más de recogimiento…
Explica que antes las familias eran más extensas, con muchos primos y tíos, “en cambio ahora hay más familias nucleares, lo que significa que nosotros como sociedad, estoy pensando en La Serena, Coquimbo y Ovalle, están tendiendo a ser modernas. Por mucho que guarden elementos culturales tradicionales, sobre todo en los espacios rurales, las ciudades grandes ya tienen estructuras sociales más bien parecidas al mundo moderno, al mundo europeo, de que son familias con pocos hijos, y eso lo hace íntimo”.
Otra cosa que menciona tiene que ver con la entrega de huevos de pascua, tradición que viene de Alemania e Inglaterra “y que, en el caso de nosotros, la influencia inglesa es muy fuerte, por lo que el mundo anglosajón trae esa tradición, la de la pascua protestante…”.