
Camiones generan nubes de polvo y ruidos molestos perturban la paz de los habitantes de la zona.
Vecinos de La Rinconada el Sauce de la comuna de Coquimbo, viven aproximadamente seis meses afectados por el paso de camiones con tierra y escombros, que causas estragos.
Molestias al botar estos materiales en quebradas, dicen tenerlos grabados. La comunidad alega contaminación acústica y polución en el ambiente.
Los camiones pasan por calle Eduardo Frey y después siguen por camino de tierra, levantando tierra en exceso. Cada cinco o diez minutos pasan vehículos de carga pesada. La actividad dura desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde de lunes a viernes, volviendo locos a quienes viven ahí.
Evelyn Leyton presidente de la Junta de Vecinos Entre Cerros hace la denuncia y piden ser escuchados. «Están rellenando la quebrada, el peligro que conlleva ahora que estamos próximos meses a entrar a la temporada de lluvias, se puede deslizar, son tierras que no están compactadas», subraya la dirigente.
«Este es un sector abierto y muy ventoso, existe contaminación acústica y polvo en suspensión provoca que los vecinos no puedan abrir las ventanas de sus casas», agrega la mujer.
Las empresas que supuestamente estarían a cargo de los transportes serían MTEA y Humneres. Un grupo de vecinos se habría acercado hasta sus dependencias para plantear el problema, donde la solución otorgada, habría sido esparcir un camión de tierra amarilla, por la ruta en cuestión. Sin embargo, el remedio fue peor que la enfermedad. Actualmente las nubes de polvo son más grandes aún. Según Leyton cuestiona que «sentimos que no hay un compromiso de las empresas por mitigar el daño que están provocando esta situación».
Mónica Cortés, una de las principales afectadas expresa con extrema preocupación. «Pasan todos los días prácticamente por encima de mi casa, vivo con polución por las nubes de polvo, comemos, dormimos y convivimos con la tierra dentro y fuera de la casa».
Asegura haber intentado hablar con los encargados de la obra pero no ha obtenido solución a sus inquietudes. «Los chóferes se molestan si les decimos algo y lo hacen peor. Pasan a una velocidad excesiva sin tener consideración con las familias que vivimos aquí, he tratado que por lo menos vengan a humedecer aunque sea una vez al día y no he tenido éxito».