El concepto es poder visualizar el agua subterránea desde dos puntos diferentes, pero complementarios. Mientras uno capta la señal que es propia del agua, la otra mide el efecto que produce el recurso hídrico en contacto con el medio.
El cambio climático acentuó la irregularidad de las precipitaciones en el país, situación que afecta en mayor medida a la Región de Coquimbo, con fuertes consecuencias en la provincia del Limarí, debido a su vocación eminentemente agrícola.
Por ello, las tecnologías disponibles apuntan no solo a utilizar de manera eficaz el escaso recurso hídrico, sino que las técnicas también se ponen al servicio para encontrar nuevas fuentes. Con esa premisa, Corfo está implementando un Reto de Innovación que incorpora un sistema para detectar y estimar agua subterránea a través de ondas sísmicas.
VIBRACIONES
La innovación viene cuando se complementa el modelo con sensores sísmicos que emiten vibraciones mecánicas, capaces de estimar el volumen del agua subterránea.
Posteriormente, todos los datos con analizados en un software.
«La unión de los dos modeladores determinan de forma más óptima -o con menor riesgo y mayor probabilidades- la ubicación y la cantidad del agua», sentencia Valenzuela.