Una resolución de la Municipalidad de Vicuña ayer provocó la división de la Agrupación «Esfuerzo y Trabajo», la cual es integrada por alrededor de 90 personas que se dedican a la venta de todo tipo de especies usadas en la denominada «feria de las pulgas».
De acuerdo a lo dispuesto por el municipio local, desde ayer sábado la «feria de las pulgas» debía dejar de funcionar en la rotonda y pasajes adyacentes de las poblaciones Manuel Rodríguez y José Miguel Carrera, y debía iniciar sus funciones en un sitio eriazo ubicado frente al Colegio Joaquín Vicuña Larraín, en el mismo sector poniente de la ciudad. Sin embargo un grupo de feriantes no quiso instalarse en el nuevo sector y se ubicaron de nuevo en la rotonda, siendo desalojados por Carabineros.
Liderados por la presidenta de la Junta de Vecinos, Orlanda Rodríguez Pastén, cerca de 20 feriantes se reubicaron en una plazoleta ubicada al lado de la sede social y del jardín infantil. Indicaron que se organizarán para formar una nueva agrupación con personería jurídica propia y expresaron su disconformidad con el lugar destinado por el municipio, expresando que en ese sector existe un colector de alcantarillado que colapsa en forma permanente. «Esta gente tiene que instalarse en alguna parte porque necesita ganarse sus pesos ya que varios de ellos tienen enfermedades catastróficas o en sus familias», subrayó Orlanda Rodríguez.
Por su parte, el resto de los feriantes (más de 70) se ubicó el nuevo sitio bajo el liderazgo de la presidenta de la Agrupación «Esfuerzo y Trabajo», Isabel Rivera Rojas, quien manifestó que estaban muy bien instalados. «Los feriantes adultos mayores quedaron ubicados en una plazoleta con arbolitos y se destinaron dos viviendas del sector para el uso de los servicios higiénicos. Además nos prometieron que el colector del alcantarillado será reparado», precisó Isabel Rivera. Agregó que no cancelarán permisos municipales ni a la junta de vecinos, sólo la cuota semanal a la misma Agrupación.
Razones importantes
Los motivos que llevaron a tomar la decisión de reubicar a la «feria de las pulgas» son bastante fundamentales. Y es que con el incremento de feriantes el sector colapsó ya que se instalaban en la plazoleta, calle principal y pasajes de las poblaciones Manuel Rodríguez y José Miguel Carrera, obstruyendo el tránsito de vehículos con el riesgo que alguna persona resultara atropellada. Por ello los vecinos del sector no podían transitar con sus vehículos para salir o ingresar a sus viviendas. Además ante cualquier emergencia en ese sector los vehículos de emergencia (ambulancia y carros de Bomberos) no podían entrar con facilidad. Por otro lado, los mismos feriantes trabajaban hacinados en espacios muy reducidos.
Por otra parte, llama la atención que durante doce años esta «feria de las pulgas» no haya concretado un proyecto para su funcionamiento en forma definitiva en un lugar seguro, cómodo y que reúna las condiciones mínimas para trabajar, como servicios higiénicos, techumbre, piso sólido y señalética adecuada.
En esta «feria de las pulgas», que funciona todos los días sábados, los vecinos pueden encontrar todo tipo de especies usadas, desde ropa, calzado y libros hasta herramientas, juguetes, artesanías y antigüedades. Sólo se permite la venta de cosas usadas, nada nuevo de reventa. «Hay casos excepcionales de feriantes que venden cosas nuevas que les han regalado, como vajilla, loza y otra cosa que no usen, pero no se permite ninguna cosa nueva que haya sido comprada para revenderla acá», aseguró Isabel Rivera.
Para gran parte de los feriantes esta «feria de las pulgas» es una gran ayuda para los gastos de la familia e incluso para algunos es la única fuente de ingresos debido a alguna discapacidad o situación de autovalente. Su inicio fue muy modesto: Comenzó con cuatro o cinco personas hace 12 años, entre ellas Isabel Rivera, Miriam Mondaca, Ema y una señora que venía de La Serena. Hoy casi llega a los noventa feriantes y por lo tanto necesitan de un lugar definitivo y en condiciones dignas.
