Seremi de Agricultura Christian Álvarez dice que para mitigar la crisis se está estableciendo un programa de profundización de pozos y que precisamente en la provincia, en base a un estudio, hay 15 zonas que tienen la factibilidad de entregar agua subterránea en distintos niveles.
La sequía golpea duro a la región. Hace años que no da tregua, especialmente en la provincia del Limarí, con embalses prácticamente secos y con la pérdida de cientos de puestos de trabajo, los que bien pueden incrementarse.
Por eso, está gestionando a nivel central la implementación de varias medidas y una de ellas tiene que ver con el alivio tributario, en que se podrán «otorgar mejores condiciones para los créditos Fogape y la factibilidad de conversar con la Tesorería General de la República, de tal manera de poder aliviar temas que tengan que ver con remates vinculados al pago de contribuciones y la posibilidad de poder tener algún plan de manejo del pago, e ir disminuyendo algunos impuestos territoriales que pagan los agricultores», señaló el seremi de Agricultura, Christian Álvarez.
Una alternativa que se suma a la estrictamente hídrica, donde se está implementando un presupuesto importante, cuenta el seremi, principalmente en riego por parte de la CNR y el INDAP, «con foco en mejorar temas de canales y construir muchos tranques de acumulación colectivos, que van del orden de los 10 a los 30 mil metros cúbicos».
Sin embargo, advierte que, además, se está estableciendo un pequeño programa de profundización de pozos, que llegarían hasta la roca madre, no los tradicionales, mínimo de 30 metros, «en base a un estudio realizados por el CEAZA, en conjunto con el laboratorio hídrico a cargo de Pablo Álvarez en la Universidad de La Serena, estudios que nos indican que hay 15 zonas en la provincia del Limarí que tienen la factibilidad de entregar agua subterránea en distintos niveles».
Zona cero
La idea es, a través de una alianza con la DOH, con la autorización de la Dirección General de Aguas y con la participación de la cartera de Agricultura, «implementar estos pozos con un sentido colectivo, que serían de propiedad del Estado pero administrados por las Juntas de Vigilancia, las que tengan interés, de tal manera de entregar esta agua, ya sea a un tranque CORA o directamente a los canales, siempre y cuando estas nuevas fuentes, con inversión del Estado, estén incorporados en los acuerdos de redistribución de Agua que la DGA exige para el uso cuando estamos en escasez hídrica».
Sin duda, la provincia del Limarí es las más crítica en cuanto a la escasez, y así lo señalan los niveles de los embalses, como el Cogotí, con 0% de almacenaje, mientras que La Paloma se encuentra en el orden del 3% y Recoleta con un 5%.
«Esa provincia, que además reúne el 60% de la agricultura de la región, es la zona cero respecto a la crisis hídrica que tenemos hoy en la región. Con posterioridad, y si es que no se producen lluvias importantes o de carácter normal durante este año, similar situación podría ocurrir a fines de año en la provincia del Elqui.
En cuanto al Choapa, precisa que «afortunadamente con los recursos que tiene almacenados esa provincia, podrían pasar -con ajuste- la temporada, toda vez que sus embalses se encuentran en mejores condiciones».
Desvinculaciones
La crisis hídrica golpea en varios puntos de la región, originando que varios productores tengan que elegir entre continuar en su labor o cerrar las puertas por la falta de agua y el aumento significativo en el valor de los insumos y semillas, junto al alza en los gastos por contribuciones.
En ese sentido, la falta de trabajo se ha visto incrementada en el Limarí. Al respecto, el seremi reconoce que «nosotros estimamos que en la provincia se han perdido cerca de 600 puestos de trabajo desde octubre a enero, pero potencialmente podríamos llegar a los 4 mil puestos en las tres provincias, pero concentrado en su mayoría -casi el 60%- en el Limarí, si la situación se mantiene hasta agosto».
Un panorama desolador «y complicado, puesto que son puestos de trabajo en su mayoría temporales, labores agrícolas, excepto algunos trabajadores que sí están contratados, pero que no superan más del 10%. Pero aun así son personas que en su planificación de vida, e históricamente, contaban con ese dinero para mantener a sus familias. Entonces, aunque no sean puestos permanente, sí son una complejidad y como gobierno estamos atentos…».