Estallido Social: Seis jóvenes llevan meses en detención preventiva en Huachalalume

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Desde el 18 de octubre pasado, cuando comenzaron las revueltas sociales en todo el país, muchas personas fueron detenidas. Desde entonces, más de dos mil jóvenes permanecen en prisión preventiva o con arresto domiciliario a la espera de procesos judiciales.

En La Serena, los casos de Akina Nakamura y Vicente Ravello han sido los más emblemáticos, luego de haber sido detenidos –en diciembre- y dejados en libertad –en mayo-, cambiando la medida de prisión preventiva por el arresto domiciliario.
Sin embargo, otros seis jóvenes continúan detenidos en la cárcel de Huachalalume. Cuatro hombres y dos mujeres, todos de distintas parte del país. De Santiago en su mayoría. También de Copiapó.

Uno de ellos es Alfredo Gómez (25), detenido el 18 de mayo y trasladado a La Serena desde el penal Santiago 1, el 15 de junio.

Cayó preso en una manifestación «contra el hambre» en Santiago, en la comuna de El Bosque, presuntamente por portar bombas molotov, y desde gendarmería, relata su madre Zaida Núñez, «aún no me avisa que fue trasladado. Me enteré dos días después, gracias a un amigo, pues tampoco tuvo derecho a llamadas».

Asegura que fue formalizado sin pruebas claras, y por eso no hay día en que no salga a la calle para demostrar que es inocente, incluso en La Serena, hasta donde viajó el 5 de octubre para estar presente en una marcha y para visitarlo, después de meses sin saber de él, «pero lamentablemente no me dejaron verlo. Sólo me autorizaron una video llamada donde lo vi muy mal. Estaba muy triste, lloró mucho…», cuenta Zaida desde Santiago.

Ley de Amnistía

Después del triunfo del Apruebo, que demostró que lo planteado por millones de personas en las calles a través de la movilización no era un pensamiento aislado, la posibilidad de una amnistía a quienes han sido detenidos en el marco del estallido social, es una alternativa latente.

Incluso, este lunes varias agrupaciones y especialmente las madres, entre ellas Zaida, pidieron desde los tribunales en Santiago poder aprobar una ley de amnistía para liberar a sus hijos, la que tendría el apoyo de varios parlamentarios de la oposición.

Sin embargo, desde el Gobierno ya expresaron su rechazo a una Ley de Amnistía. Respuesta que, sin embargo, no quita las fuerzas y las ganas en Zaida. Por eso planea nuevamente venir a La Serena y esta vez sí poder visitarlo, abrazarlo. «Pienso ir como el 15 de noviembre, pues por lo que supe van a comenzar a autorizar las visitas a contar del día 9. Espero que así sea», señala.

Para el 15 de octubre había sido programada una audiencia, pero fue suspendida y cambiada de fecha para el 18 de este mes, «cuando mi hijo cumpla justamente seis meses detenido. Él se encuentra en prisión preventiva y no hay pruebas que lo condenen. Fue detenido en las protestas del hambre y sólo quedan dos jóvenes en prisión: uno que se encuentra en Santiago, y mi hijo, que fue trasladado sin aviso, pues me enteré por los medios de comunicación».

Una segunda madre

Como no puede viajar seguido y porque la situación económica tampoco es de las mejores, Zaida cuenta con un ángel en La Serena. Una mujer que no ha dejado de llevarle la encomienda desde que llegó de Santiago, junto a otros 100 reos.

«Olga Valenzuela es la madre que mi hijo tiene en este momento en La Serena», avisa.
Ella trabaja como observadora de Derechos Humanos y justamente gracias a ella es que ha sabido de Alfredo durante todo este tiempo.

«Olga es la que se preocupa de mi hijo en este momento, todas las semanas le envío dinero para que le prepare su comida, su encomienda. Además que no tengo a nadie acá en La Serena, ni amigos. Entonces mi angustia era saber que acá estaría solo, sin poder llevarles sus cosas».

Su queja es también por la demora en las audiencias «y por la injusticia, por los jueces y magistrados, que le dan la libertad a los ‘hijos de papá’ que tienen recursos. ¿Sabe? Parece que la cárcel realmente es para los pobres».

Al momento de su detención trabajaba como auxiliar de buses, «estudió gastronomía y no tiene antecedentes. Mi hijo no es un delincuente y por eso salí a las calles, para demostrarlo. Pero lamentablemente se encontró en el lugar y la hora equivocada…».
Cuando vuelva a La Serena, esta vez esperando reencontrarse con su hijo y espera que avancen algunos procesos. «Hoy mi hijo está acusado por el Ministerio del Interior, así que es un preso político y debo luchar por él».

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