Ayer lunes entró en vigencia la Ley 20.606 de composición nutricional de los alimentos y su publicidad, que busca proteger la salud de la población, especialmente en niños y niñas. La iniciativa busca que los consumidores puedan hacer una selección informada de alimentos que consume. Para ello se utilizará un mensaje o etiqueta que advierte sobre el alto contenido en calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio.
De esta manera todos los productos que se comercializan dentro de nuestro país deberán tener en una zona visible estas etiquetas de color negro y letras blancas.
Las autoridades de salud han indicado que nuestro país lidera los índices de obesidad en Latinoamérica y que muere una personas cada hora a causa del exceso de peso. La obesidad se asocia a enfermedades como la diabetes, presión alta y problemas al corazón.
En tanto, el seremi de Salud, Rosendo Yáñez recordó que en la región uno de cada cuatro niños presenta obesidad o mal nutrición por exceso. Eso significa que en Octavo básico los niños se están detectando niños que están saliendo con hipertensión arterial y cuadros de diabetes.
“Lo fundamental de esta ley es que nos va a dar una herramienta en fiscalización en tres aspectos; la publicidad en menores de 14 años, el etiquetado frontal y la implementación de los kioscos saludable en todos los colegios de la región. Vamos a poder fiscalizar para que efectivamente se esté cumpliendo la normativa”, afirmó el seremi de Salud,
En materia de fiscalizaciones, la autoridad dijo que “en el caso de los supermercados tiene que tener a partir del 27 todos los productos etiquetados y los que no estén no se van a poder vender. Se deberán volver a la bodegas y reetiquetar”.
En recorrido por dos supermercados del centro de La Serena, Santa Isabel (Cordovéz con Cienfuegos) y Unimarc (Recova), pudimos observar diversas situaciones. En el caso de este último, cerca del medio día se podía ver a reponedores y trabajadores del supermercado pegando etiquetas en los productos. También se podía ver que en el caso de algunos productos como el kétchup, algunas marcas no tenían sus etiquetas puestas. En el caso de las bebidas, todas ellas mantenían sus etiquetas visibles para el público, lo mismo ocurría con la sección de galletas.
En el caso del supermercado San Isabel, si bien no se veía trabajadores etiquetando los productos si llamaba la atención que habían varios productos como jugos naturales, con características similares, pero unos presentaban la etiqueta de alto en azúcares y en otros no mostraba ninguna advertencia. En las sección de las bebidas, también se podía apreciar un fiel cumplimiento de la norma, lo mismo pasaba con las galletas, las que en su mayoría tiene tres etiquetas de advertencia.