Constanza (19) va en primer año de obstetricia en la Universidad Central. Ingresó con la ilusión de convertirse en matrona, la misma profesión que tienen sus padres.
Sin embargo, ayer junto a sus compañeros de curso se movilizó por el centro de La Serena, en compañía de matronas y sus dirigentas, para decir con fuerza que no están de acuerdo con el proyecto que reforma el Código Sanitario, el que reduciría sus funciones clínicas y traspasaría varias de las facultades de la matronería a médicos y enfermeras.
«Recién estamos comenzando y nos preocupa mucho qué será de nuestro futuro. Casi todos mis compañeros están presentes acá (frente a la intendencia) tratando de dar la lucha junto a todas las matronas y por las mujeres, que serán quienes se verán afectadas con esta determinación», señaló con una pancarta en sus manos y la consigna: «Orgullosas defendemos la matronería».
De llevarse a cabo las modificaciones, el gremio perdería casi el 70% de las funciones actuales y aumentaría la espera por atenciones. Pero Constanza no piensa en ello y menos en cambiarse de carrera. Al contrario, «pues en su mayoría nos estamos apoyando para tratar de seguir y generar cambios, no rendirse. Nuestros profesores igual están ahí, pendientes de informarnos las cosas que ocurren, justamente para que estemos informados y tomemos decisiones con conciencia, además de sumarnos a todas las manifestaciones».
Quién lo hará
Constanza espera que se respeten todos los derechos, pero sobre todo el de las matronas y que su trabajo sea el que corresponda, «ya que se estudia cinco años para desarrollar una buena labor. ¿Lo peor? No podríamos recetar medicamentos, no podríamos atender a pacientes con patologías, solamente a mujeres sanas, y se nos reduciría mucho el campo laboral. Entonces si no lo hace la matrona, que se especializó en eso, quién más lo haría. El médico general abarca muchas áreas y comúnmente recurre a la ayuda de las matronas para realizar eso, así que es compleja la situación».
Mónica Rojo, presidenta regional del gremio, lamenta la situación y advierte: «Que terrible sería para ellos, los estudiantes, en que sus padres pusieron todas las fichas en una carrera que no cualquier persona decide estudiar, pues es compleja y hay que trabajar con la vida de las personas, sobre todo cuando nacen las guaguas. La preocupación de ellos es que una vez que se titulen, si estas indicaciones son aprobadas, no tendrán mucho qué hacer, porque se les quitará casi el 70% de sus atribuciones».
Insiste en que «por eso es la preocupación de los estudiantes y sus familias, que de todas maneras no bajarán los brazos, al igual que nosotros, y por eso vamos a seguir defendiendo la matronería».
Paro indefinido
Que estos jóvenes ingresen a estudiar una carrera y en el camino les cambian las reglas del juego, «es la inquietud que tenemos, debido a que las indicaciones al proyecto de ley no tendrían por qué haber ido con la firma del ministro de Educación, y la pregunta que uno se hace es qué quieren en el fondo. Como gremio nos hemos preocupado que la oferta de los profesionales de obstetricia sea precisa para las necesidades que tiene la población».
El día lunes 30 la presidenta nacional tiene la primera citación en el Congreso, en donde los parlamentarios de la Comisión de Salud la van a escuchar «y esperamos que todos en bloque rechacen estas indicaciones que hizo el Gobierno. Esa es nuestra esperanza y en caso que no ocurra, seguiremos movilizadas y no descartamos en ningún momento un paro indefinido».