Experto Marcial Sánchez: «Rebolledo no ha realizado los mayores esfuerzos para buscar la verdad en su diócesis»

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El historiador y experto en Iglesia Católica señala a DIARIO LA REGION que «el viaje de algunos obispos a Roma para un encuentro con el Papa no es para limpiar la imagen de la Iglesia, sino la imagen de la Conferencia Episcopal, la imagen de la jerarquía chilena».
Mientras que del arzobispo de La Serena, René Rebolledo, señaló que este «se ha cuidado y ha guardado silencio, pero debería hablar…»

Este sábado  deberían viajar a Roma algunos obispos que forman parte del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal con el objetivo de reunirse este lunes con el Papa Francisco. Entre ellos, el obispo de La Serena René Rebolledo, que además es vicepresidente. Trascendidos dicen que los obispos actualizarían al Santo Padre los cambios que se han realizado por las denuncias de abusos sexuales.

Es cierto. Las conferencias episcopales a nivel mundial habitualmente piden poder juntarse con el Papa y en eso no hay ningún problema. Sin embargo, para el historiador y experto en Iglesia Católica, Marcial Sánchez, en el caso de la Conferencia Episcopal de Chile, y con todos los antecedentes conocidos, «llama la atención esta reunión», dice tajante.

Explica que «el Papa ha mandado en reiteradas ocasiones algunos comunicados en donde está dando cuenta de lo que se tiene que hacer, o que deberían estar haciendo los obispos chilenos.

Y lo que más está pidiendo es que hay que colocarse en el lugar de los demás, ayudar a los entes persecutores para poder descubrir la verdad y lo tercero, tratar de ordenar efectivamente lo que sucede en este país respecto a los abusos de menores cometidos por sacerdotes y religiosas. Ante este escenario, la Conferencia Episcopal, por lo menos en el Comité Permanente, ha considerado importante ir a conversar con el Papa y darle cuenta personalmente de que efectivamente están haciendo de una u otra forma el trabajo. Pero a mi parecer, la Conferencia Episcopal chilena no ha cumplido con esos tres preceptos.

Primero, porque muchos obispos y arzobispos no han tenido reuniones con las víctimas. Segundo, muchos de ellos no están entregando todos los antecedentes a los entes persecutores y más aún, existen algunos casos en donde han llegado denuncias de situaciones anómalas de algunos sacerdotes que no han sido investigadas y en donde no existe un trabajo de fondo en los arzobispados para poder hacerse cargo de este problema».

¿Entonces cuál es el real motivo del viaje?
«Creo que la reunión, para mí, tiene dos elementos: Primero, tratar de limpiar un poco la imagen que ellos piensan que tienen fuera del país, que no me cabe la menor duda es muy mala; y segundo, que es el más delicado, que efectivamente los obispos que irán a Roma le planteen al Papa la posibilidad de que no mande, de acuerdo a los antecedentes, los informes del obispo de Malta, Charles Scicluna a Chile. Porque uno de ellos, el obispo González, dijo en su momento que no era bueno que se mandaran estos antecedentes a Chile porque al mandarlos podría perjudicar a terceras personas. Ese es un problema complejo, porque hoy los entes persecutores, las fiscalías, están haciendo un trabajo bastante acucioso donde tenemos 250 víctimas y cerca de 147 personas que están siendo investigadas. Así que no me cabe la menor duda de que ese informe puede que involucre a algunos de estos ocho obispos que están siendo investigados y donde tenemos a un cardenal imputado».

Viajan a limpiar la imagen de la iglesia…
«Viajan pero no a limpiar la imagen de la Iglesia, sino la imagen de la Conferencia Episcopal, la imagen de la jerarquía chilena. Porque la imagen de la iglesia católica, como iglesia, tiene un 55% de aprobación, que es importante. Ellos viajan a limpiar su propia imagen y porque efectivamente el Papa, en su momento, les dijo que habían instaurado la cultura del abuso, abuso de conciencia, de poder y sexual».

Uno de los que viaja es monseñor Rebolledo, que poco ha hablado del caso Cox, ¿a qué cree que se debe su silencio?
«Lo que pasa es que monseñor Rebolledo se ha cuidado mucho. Ha sido de los obispos que más se ha cuidado y de los que menos ha hablado. Pero, lamentablemente es uno de los obispos que más debería haber hablado, dado que en su región saltó en el último año la situación de Cox. Fue en su región donde Cox fue obispo, en su región fue sacado del arzobispado y luego de Chile para mandarlo a Colombia y posteriormente a Alemania.

Ahora, los antecedentes que pueda tener monseñor Rebolledo hoy en día respecto a lo que es la situación de Cox, si existiesen dentro del arzobispado, espero sinceramente que sean entregados a los entes persecutores, aunque me da la sensación de que no es así. Claro, los laicos en La Serena le reclaman que no ha hecho su trabajo. ¿Cuál es el trabajo? Colocarse en el lugar de las víctimas y en la búsqueda de la verdad.

Desde ese punto de vista me da la sensación de que lamentablemente monseñor Rebolledo no ha realizado los mayores esfuerzos para poder buscar la verdad en su diócesis respecto a todo lo que significan los abusos de menores por parte de religiosos y no necesariamente de Cox. Así que acá hay un tema bien delicado y por eso es que aparece la figura de Rebolledo presente en la molestia de algunos laicos, ya que de alguna u otra forma él, insisto, se ha cuidado mucho y es lo que más me preocupa, que todavía tenemos obispos que están ensimismados, porque se preocupan de su imagen y no necesariamente de la feligresía».

¿Por qué cree que ha cuidado tanto su imagen?
«Habitualmente cuando la gente cuida su imagen es porque tiene algunas pretensiones y me da la sensación de que dentro de lo que el propio Papa les dijo, que es la cultura de la elite, probablemente monseñor Rebolledo tenía su propio código, su propia bitácora de viaje…».

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