( EFE) El ministro de Salud libanés, Hamad Hasan, elevó hoy a 154 el número de muertos como consecuencia de la explosión que el pasado martes sacudió el puerto de Beirut y e indicó que 120 de los heridos están en situación crítica.
Hasan indicó al recibir a una delegación médica argelina que ha llegado al Líbano para ayudar en las tareas de ayuda y rescate, que alrededor del 20% de los 5.000 heridos que ha causado la explosión han necesitado hospitalización.
Al menos 120 de los heridos están en situación crítica, y destacó que en algunos casos los cristales que saltaron por los aires tras la explosión en un radio de varios kilómetros ha obligado a someter a los lesionados a “cirugías minuciosas”.
Este es el dato de heridos más específico que ha dado el Gobierno desde el suceso del pasado martes, aunque aún no ha ofrecido una cifra concreta sobre el número de desaparecidos.
Fuentes de la gobernación de Beirut estimaban hace dos días los desaparecidos en un centenar.
Las autoridades siguen con los trabajos de rescate en las zonas más afectadas por la explosión, en los alrededores del puerto, en busca de supervivientes cuando se van a cumplir 72 horas del siniestro.
El jueves por la noche se registraron incidentes en los alrededores del Parlamento donde un pequeño grupo de personas trató de superar las vallas que impiden el acceso al Legislativo, registrándose enfrentamientos con la Policía sin que se haya informado de heridos o arrestados.
El Gobierno atribuye la explosión que en la tarde del martes golpeó a la capital libanesa a la deflagración de una carga de cerca de 3.000 toneladas de nitrato de amonio que se encontraba almacenada en el puerto desde hacía seis años.
La explosión causó importantes daños materiales dejando a entre 200.000 y 250.000 personas sin vivienda, y unas pérdidas materiales de entre 3.000 y 3.500 millones de dólares según la gobernación de la capital libanesa.
Beirut está bajo estado de emergencia de 15 días desde el miércoles y las Fuerzas Armadas están a cargo de velar por la seguridad en la zona, donde los vecinos siguen tratando de limpiar las calles y rescatar lo que se pudo salvar de la deflagración.