Familia se ve obligada a dejar la zona para evitar calvario de hijo víctima, vulnerado en colegio

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Fue en abril del año pasado cuando un alumno de séptimo básico del Colegio María Educa, de La Serena, habría sido vulnerado por sus propios compañeros. Hasta ahora no hay justicia, el menor perdió el año y el grupo familiar se irá de La Serena para poner fin a una historia de dolor.

La jornada del 18 de abril del 2023 comenzó de la peor manera posible en el Colegio María Educa de La Serena. A eso de las 08:30 de la mañana el ambiente no era el habitual de tranquilidad, sino todo lo contario.
Adentro las aulas estaban vacías y afuera repleto de apoderados y alumnos protestando por una grave situación que habría ocurrido al interior del establecimiento el lunes recién pasado, lo que, según señalaron los integrantes de la comunidad escolar, no sería la primera, sino que sólo la gota que rebasó el vaso, y de la forma más grave. Así lo hicieron saber los manifestantes, quienes estuvieron hasta alrededor del mediodía esperando explicaciones de las autoridades del colegio.

UN HECHO GRAVE

Fue la mañana del lunes 17 de abril del año pasado cuando ocurrió una de las situaciones más lamentables en la historia del colegio. Resulta que, supuestamente jugando, alrededor de 15 alumnos de séptimo básico, es decir cuyas edades fluctúan entre los 12 y los 13 años, habrían presuntamente abusado de otro compañero de curso.
Franchesca era una de las apoderadas del curso y aseguró que lo que pasó no era algo nuevo, ya que el menor agredido habría, supuestamente, sufrido una vulneración parecida cuando iba en cuarto básico. Aquello nunca se pudo aclarar, ya que el establecimiento no habría activado los protocolos. Nadie denunció y el menor no reconoció lo que había sucedido, pese a haber tenido un brusco cambio de conducta y caer en una depresión importante.
«Lo que pasa es que este grupo de alumnos son complicados. Entiendo que siempre andan haciendo gestos y bromas de carácter sexual, lo que estaba normalizado. Si recién ahora están hablando. Los niños tenían miedo», sostuvo la apoderada, quien aseguró que esto tuvo mayor repercusión gracias a que un alumno nuevo se lo contó a su padre.
«El joven que llegó hace poco al establecimiento comentó esto en su casa y resulta que el papá es carabinero, entonces de inmediato alertó que se trataba de un presunto abuso».

AÑO DE DOLOR Y AMARGURA

A poco menos de un año de lo ocurrido, Diario La Región conversó en exclusiva con la familia del menor, particularmente con la madre, Andrea Segovia. «Ha sido un calvario», aseguró, convencida de que el tema ha querido ser «tapado» por el colegio, y no sancionado como corresponde ni administrativa ni penalmente. «En octubre o noviembre fui a hablar con el superintendente. Nos dijeron que la causa estaba en la Fiscalía, pero no hemos sabido más de eso. Creo que el colegio cambió el reglamento interno, puso más vigilancia y con eso calmaron las aguas», acusa la madre de la víctima.

DESAMPARADOS

Andrea cuestiona fuertemente el accionar del establecimiento tras lo ocurrido, ya que, asegura, se preocuparon más de los niños agresores que de la víctima. «Les pusieron psicólogos, los trataron y no les hicieron nada, en cambio el trato con mi hijo fue diferente. Él no pudo volver tras lo ocurrido. Al final, tuve que sacarlo del colegio, tanto a él como a su hermana menor y él se quedó repitiendo.
Ella aseguró que «los niños agresores eran hijos de inspectores del colegio y otros dos hijos de profesores. Entonces obvio que los van a proteger».
La familia aseguró que iniciará una demanda civil contra el colegio, y que prontamente se irán de la ciudad para que los recuerdos terribles no sigan agobiando al niño. «Es difícil tomar la decisión de partir, sobre todo en el aspecto económico, pero sentimos que es lo mejor para él (su hijo) para que pueda superar esto lo antes posible», finalizó Andrea.

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