La espera por tener su casa propia ha sido larga para los vecinos de la Caleta San Pedro. 11 años llevan esperando una solución a lo que ellos dicen «es algo justo».
Son 94 las familias que forman el Comité Esperanza, que a lo largo de los últimos años se han manifestado, incluso con la toma de los terrenos donde se les ha prometido la construcción de sus viviendas.
Ante la negativa de las autoridades por encontrar una solución, nuevamente volvieron a la carga esta semana. El lunes se manifestaron en la pasarela del Líder, colgando muñecos y pegando carteles.
Y ayer lo hicieron marchando por el centro de La Serena, hasta llegar a la intendencia y reunirse con el intendente Pablo Herman.
Sin embargo, y como ya viene siendo una costumbre, los dirigentes se fueron con las manos vacías.
«Seguimos en lo mismo, pues para la próxima semana quedaron de ver qué decisión se tomará, porque lo que quieren es que la empresa se baje y ellos no quieren hacerlo, porque es lo que cobran en el mercado, así que seguimos en el aire…», cuenta Andrea Ponce, presidenta del Comité Esperanza de La Caleta San Pedro.
Jessica Espejo, tesorera del comité, lamentó no haber llegado a buen puerto, entendiendo que «llevamos once años esperando por nuestras casas. En sí, nuestro proyecto está calificado técnica y socialmente, pues no tiene mayores observaciones. ¿El problema? Para ser calificados y obtener el subsidio, debemos estar subsanados completamente, y nuestro proyecto tiene un déficit hoy en día de 21 mil UF, de los cuales 14 mil iban a ser destinados por Subdere, pero al final siempre es lo mismo y quedamos en nada».
Para ellos pasa el tiempo «y seguimos igual. Y la gente está molesta, no conforme con lo que ha pasado, porque ya es demasiado el tiempo y lo que se ha abusado con todas estas familias», se queja Ponce.
Bajar los costos
La molestia de estas familias, además, «es porque hace muy poco a un comité de Ovalle le otorgaron el beneficio a través del GORE, lo que con nosotros nunca ha pasado. En algún minuto también hicimos la solicitud para que el Gobierno Regional pudiera cubrir el desfinanciamiento de nuestro proyecto, pero siempre se nos negó. Nos decían que era inviable, que no había posibilidad, que buscáramos otras opciones, cuando sí era posible. Entonces por eso la molestia y las manifestaciones en este tiempo», reconoce Espejo.
Luego de una marcha con banderas negras y pancartas con la consigna: «Basta de mentiras, queremos casa digna», llegaron hasta la intendencia, «donde finalmente sabríamos cómo se iba a cubrir el desfinanciamiento de nuestro proyecto: si era a través de Subdere o del Gobierno Regional. ¿Y qué pasó? Al final quedó nuevamente en nada», sostuvo Jessica.